Tierra Astur: no tan de guiris

¡Sorprendidos nos quedamos en nuestra visita a este local en el corazón de la calle Gascona! Inicialmente, pensamos que este restaurante podría ser solo una trampa para turistas, ya que es el más famosos del bullicioso bulevar de la sidra de Oviedo. La fama de este lugar ha crecido tanto que ahora cuenta con varios locales en la misma zona. Sin embargo, decidimos aventurarnos y nos fuimos encantados con la experiencia.

La extensa carta ofrece todo lo que puedes desear de la gastronomía asturiana: desde la clásica fabada al contundente cachopo. La variedad es tan amplia que podría resultar un tanto abrumadora, ya que se extiende por varias páginas con numerosas opciones para elegir.

Como tendemos a seguir las costumbres y pedir los platos típicos empezamos por el pastel de cabracho, unas deliciosas croquetas de jamón y unos tortos con bacon, que resultaron ser una elección espectacular.


Continuamos más platos clásicos: pollo al ajillo y cebollas rellenas.

Cerramos la experiencia con un troceado de paletilla de cerdo. Cada plato valió mucho la pena; la materia prima de la mejor calidad y la preparación impecable.

Para completar, disfrutamos de unos postres que no podían faltar: frixuelos, una especie de crepes típicos de Asturias, acompañados de bombones helados. Todo esto, por supuesto, regado con sidra. Los platos no son excesivamente caros y la cuenta fue muy razonable para los seis comensales: 125€. Poco más de 20 euros/pax.

Queremos destacar el servicio, encantador, a pesar de la abrumadora cantidad de clientes en el local. Aunque las mesas están bastante cerca y el ruido es inevitable, el personal atendió de manera excepcional. Normalmente, solíamos recomendar lugares algo menos conocidos (si es que existe esto en Gastona), como el Ferroviario. Sin embargo, a partir de esta experiencia, el Tierra Astur se convierte en una opción más que recomendable.

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