RavioXo es la última genialidad de Dabiz Muñoz, posiblemente el chef más en forma de la gastronomía nacional. Abrió sus puertas en mayo de 2.022. A los pocos meses ya era complicado realizar un reserva y a finales de año logró su primera Estrella Michelín.
El concepto inicial era el de crear un dumpling bar que reflejara la fusión, que tanto le gusta a su creador, del dumpling con los sabores de aquí. España-Asia juntas en un local moderno, con cócteles, música y muy al estilo Street-Xo. De hecho nació sin menú y ahora, tras la estrella, ya te ofrecen uno de 150€ de 11 platos y dos postres. Además, si tomas menú te quitan la restricción de dos horas que tienen las reservas. Si, la reserva es por dos horas y tiene turnos; a nuestro entender uno de los defectos del restaurante. Aunque es tiempo suficiente, si la sala va algo retrasada llegas justito y genera algo de prisa al final. Dice el Chef que RavioXo es el lujo de comer tiempo. Realmente es el "lujo" de comer en dos horas.
El servicio comienza ofreciéndote un cocktail. Creaciones asombrosas y sabores imposibles a un precio de 16€. Alguno de ellos se ofrecen sin alcohol por 12€. Nuestra opción: Bellini (Melocotón blanco - bergamota - lima kaffir - champagne - flor paniculata) de sabores amargos y vegetales y Kaipirinha bola de nieve (Cachaça - vainilla - lulo - lima - mandarina) de toques ácido con una bola de hielo en lascas aderezada con la lima.
Pasamos a la comida. La carta tiene dumplings y platos algo más contundentes, es una delicia, puedes probar alguno de sus platos estrellados como el famoso cocido Hong-Kong Madriz. La recomendación es pedir probar 6-7 cosas. Repartiendo entre 4-5 dumplings y uno o dos platos; Dejando hueco para el postre, claro ;) Además tienes que probar el pan (Dona China), un pan chino esponjoso, preparado con sifón y servido sobre pan de gambas casero.
- Ravioli frio escabechado (perdiz - erizo - jalapeños y tomatillo - tobiko) Todo servido sobre pasta wontón que se pliega sobre si misma y se come de un intenso bocado de matices agri-picantes.
- Huevos fritos con morcilla. Uno de los platos más famosos ya que viene del menú degustación de DiverXo. Imprescindible. Para comer en dos bocados: uno la pasta, rellena de huevo de codorniz y cubierto con puntilla. Coger de una y a la boca para notar la untuosidad del huevo. El segundo bocado es una oreja suavizada para quitar la gelatina.
- Centollo Singapore (Blackpepper crab - chili crab - kokotxa merluza romana). Una obra de arte de la micro-cocina, la capacidad de de juntar el sabor de la cococha y el chili crab sin que se pierda ningún matiz.
- Gamba5 con Mayonesa Caliente. La evolución de su plato gamba a la quinta potencia. Ha sustituido la sencillez de aquel por un suquet de Salsa Thai de leche coco y pimentón de la Vera, donde un reposa un langostino sofrito, quisquillas atemperadas y un crujiente de camarones.
- Niguiri-Dumpling Marmitako (Carrillera atún - o-toro - tomburi - papa canaria - mantequilla quemada). Sabores del atún, entre el crudo y el ahumado.
- Canelón de Seda de arroz (Pintada pibil - sikil pak - bechamel aireada - jugo escabechado). Los ingredientes te dan pista del sabor. pintada pibil y escabeche sobre salsas a probar. A estas alturas de la comida no teníamos mucho hambre, la lengua ya nos picaba demasiado y el plato nos supo a más de lo mismo por culpa del pico y de las salsas.
- Fresas con nata a la japonesa: la misma base que en el cocktail de kaipirinha, hielo en lascas prensado y con jugo de fresa, frambuesa y lima con una nata avahinillada, peta-zetas y algodón dulce.
La comida la acompañamos con un cava Raventós (52€) y agua. Y aquí vino el segundo fallo del local: las bebidas. Al centrarse tanto en el tema cocktail, el cava se retrasó y empezó con unos tiempo muy malos, con la comida mediada y con las copas vacías mucho rato. Llegamos al final de la cena con la botella sin terminar y sin nadie que te sirviera. Pedimos también agua y casi peor, es agua del grifo, está caliente pero como es "filtrada" te cobran 6 euros... 3 euros por un vaso de agua del grifo... bastante feo con la ley actual. Al margen del tema de la bebida el servicio estuvo muy bien atendido. Como es habitual en los restaurantes de Dabid, todo el personal es joven pero muy bien entrenado.
El ticket final fue de 246€ y la experiencia merece la pena. A pesar de cierta sensación de repetición en alguna salsa y en el toque picante algunos sabores te explotarán la cabeza.
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