Treze: cocina de mercado, no hay más

Con ese lema tan simple se presentó Treze hace 5 años en su primera ubicación en General Pardiñas. Hace un año, y para ganar espacio se trasladó, aunque poco, pasó del 36 al 34 de la misma calle, mejorando mucho en la comodidad de sus dos zonas, barra y restaurante.

En el restaurante se observa cierto lujo en las preparaciones de los chefs Saúl Sanz y Elena Ursu, pareja dentro y fuera de los fogones. La carta, corta, sencilla y cambiante, ofrece guisos y caza suave: mollejas. codoniz, jabalí escabechado entre los entrantes. Albóndigas de conejo, pato o vaca madurada entre los segundos. Menú degustación por 40 euros y menú del día, solo entre semana, por unos 15€.

La barra, ideal para comer, picar o tomar el vermú fue la zona donde escogimos sentarnos. Mesas altas y servicio impecable para esta carta tan apetitosa:

Con estas opciones nos costó decidir. Había un plato que teníamos claro: Ensaladillas, Elena vs Saúl. Dos platos en uno, dos ensaladillas, de las que no te dicen de quién es cada una hasta que opinas cual es la que más te ha gustado. Una de las dos es más clásica, la otra tiene un toque a las preparaciones alemanas... no te diremos quién ganó ni quién preparó nuestra favorita. Pásate por allí y decide por ti mismo.

Continuamos con una coca de espárrago triguero, alcachofa crujiente y velo de ibérico. ¿Simple? si, mucho. Los espárragos, con un toque duro, no pegan demasiado con una toste pero el resto, al ser la materia prima de mucha calidad, hacía mejorar el gusto del plato.

Tercera cata: el torrezno, exquisito. La preparación al mejor estilo soriano.

De complemento Mix de patatas con salsa bravioli. No era el mejor plato de la carta, sin desmerecer pero como tampoco aportaban demasiado la ración acababa cansando.

La última petición fue el "Bun de rabo de ternera, aguacate, mole y aromas". El aguacate a penas se notaba, el sabor del rabo y los aromas lo daban todo. Otorgando un frescor al bocado que era la gloria.

Terminamos la comida con un "Tarro DulZe" de mouse de chocolate y Oreo. Quizá poco sabor para terminar una comida tan honesta.

Excepto el Bun que pedimos una ración (dos baos), el resto son medias raciones. Uno de los mejores inventos de los gastrobares. La cuenta, con un par de cokes, agua, pan y un café fue de 45€ para dos personas. En el precio medio normal de este tipo de locales que es una buena opción si estás por la zona.

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