Cocido Madrileño XXIV: Parador de Chinchón - El Bodegón

Hoy os traemos un cocido de calidad pero de esos en los que se exagera la cantidad. De esos que son buenos pero que, además, para poder cascarte un precio alto sabes, antes de empezar, que va a sobrar. Pero además de esto un cocido que tiene un toque original y que es un poco distinto al tradicional. Es el Cocido de Taba del Parador de Chinchón - El Bodegón. Llamado así por el hueso de taba, esta preparación se considera por algunos historiadores la precursora del Cocido Madrileño.

Un pequeño salón del propio Parador, decorado al estilo de sala clásica, con maderas y pinturas al estilo castellano para entrar en ambiente de lo que vas a comer. Lo primero te consultan si tomarás el menú cocido, con entrantes, cocido, vino, postre y café. Al ir con dos niños nos propusieron un cocido para dos y una sopa para ellos. ¿Daba para todos? claro que daba, y sobraba. Tienen tan claro que la ración es desmesurada que, en cada mesa, hay una cartel diciendo que por un euro te puedes llevar lo que te sobre a casa.

Y empiezan los aperitivos, unos torreznos, aceitunas de campo real, pepinillos y las guindillas. Bueno, no es para tanto. En temporadas pasadas te daban garbanzos mareados, cebolla roja y albóndigas.

Luego el cocido en dos vuelcos pero servido de una vez, en una estructura de madera donde viene todo lo necesario: un recipiente de barro con las carnes, garbanzos y las verduras, una jarra con el caldo y cuencos con los fideos. En nuestro caso la estructura no vino, nos fueron sirviendo poco a poco. Primero la sopa, un cuenco caliente con fideos finos al fondo, pan y hierbabuena junto a una jarra con el caldo para verterlo en el cuenco. Un sabor muy a cocido típico, rico aunque estaba un poco bajo de sabor. Quizá lo único malo su escasez, la jarra, que en otras mesas era para dos, en nuestro caso era para cuatro; aunque te dicen que si quieres más caldo que lo pidas.

El resto viene todo junto, un recipiente con los garbanzos, morcillo, bola, fiambre, gallina, chorizo, repollo, tocino, zanahoria y patata. También un hueso de caña con un tuétano espectacular. La parte distinta que lleva el cocido de taba es el nabo, judias verdes y la nota curiosa, el cangrejo de río o carabinero que se añadía hace siglos porque había muchos y, dicen, que también para saber cuando está el guiso listo; se añade al final de la cocción y cuando se pone rojo cocido listo. El cocido estaba también muy decente, con buen sabor aunque también algo bajo y con el garbanzo un poco blando. De todas formas la mezcla lo mejoraba ya que el tanto el chorizo como las carnes eran de altísima calidad y el morcillo era muy tierno.


De postre más cosas a la madrileña, unas pequeñas natillas con unos bartolillos (empanadilla de cabello de ángel) y un par de pequeños pestiños realmente buenos. El café, incluido, es infumable.

El precio es de 29 euros por cabeza. Yo creo que es caro, estamos hablando de cocido!!. Aunque incluye ciertas cosas ni los postres son para tanto, ni los aperitivos. El vino que te ponen es Alma de Valdeguerrra un tinto de Madrid. Y  las sopas de los niños, que eran dos cuenquitos 7 euros. Aún así no está mal la propuesta que te hacen de compartir el de los mayores y pagar esos euros ya que en otros sitios te obligan a pagar medio cocido. El servicio a veces está un poco lento pero es muy agradable y atento.

En resumen: merece la pena probarlo si estás allí pero no merece la pena un viaje hasta allí solo por el cocido ya que este se queda en la zona media de nuestro ranking de los mejores cocidos de Madrid.

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