Yatai Market: el mercado gastronómico asiático de Madrid

En los últimos años han proliferado los mercados gastronómicos, con una gran aceptación por parte del público. Permiten, en un ambiente informal, probar especialidades de distintos locales sin moverte del sitio (si has tenido suerte de encontrar uno, claro). Hoy hablamos del Yatai Market, en la calle Doctor Cortezo de Madrid. Es uno de esos mercados, con la peculiaridad de que está especializado en comida asiática.

Hemos estado un par de veces, la primera un viernes gélido de enero. Contra todo pronóstico, el local estaba lleno. Luego el local cerró temporalmente y a los pocos meses reabrió y volvimos. A destacar la decoración, como estar en Asia, pero también la incomodidad del mismo. El local es amplio pero dispone de poca zona de apoyo, necesaria para poder disfrutar mínimamente del picoteo. Íbamos solo dos y nos costó varias vueltas encontrar un hueco decente. Tiene dos zonas de barras separadas por un amplio pasillo donde la primera vez pensamos "podrían colocar más mesas", ahora las han puesto pero quizá cabrían más. De todas formas mejor así porque los puestos son lentos y se evita el agobio.  Además, un patio interior abierto, probablemente agradable con temperaturas menos extremas.El sistema es el habitual de estos mercados, cada puesto con su especialidad y alguna barra para las bebidas. Como tardan en preparar la comida funcionan con un sistema de avisadores electrónicos que te dan cuando pagas la comanda y que vibran cuando está lista.

Entre nuestra primera visita y la segunda hubo muchos meses de diferencia y los puestos eran los mismos  lo que da sensación de estabilidad. En la zona de la entrada hay una barra de bebidas y siete puestos de comida para pedir: sushi (Le Japonais), Pokes , cocina wok (Wawawok), un puesto especializado en pato (Hong-Kong Duck), ramen (Ramen San), baos y dimsums (Hotbao) y Rices&Noodles (Funky Chen). En la zona de abajo una barra más y tres puestos: con un Vietnamita y uno de cocina ahumada (Smok Mok) y el tercero cerrado.

Fueron varios los platos que probamos y la calidad y originalidad de la propuesta es bastante alta:
- Del Vietnam Express una degustación de Nems que son tres rollitos, uno frito, otro fresco con verdura y uno de marisco (9,9€ los tres) y Com Chien que arroz salteado con gambas, bacon, piña y huevo, muy bueno (8,5€)


- En el puesto de los baos, Hotbao, probamos dos: el Japobao (4,2€) que lleva langostinos, kimuchi y cebolla, y el Patobao con pato crujiente, pepino y salsa hoisin (3,9€). El primero era un tanto soso pero el segundo era una delicia. Volvimos luego a pedir los Dimsum y la muchacha, muy agobiada, dijo que tenía muchos en preparación y que tardaría 20 minutos en tenerlos así que lo dejamos y nos fuimos dejándola con su agobio y mirando el vapor que salía de las cestas de bambú.

- Le Japonais: el puesto del sushi y uno de los más solicitados. De aquí probamos el roll de salmón, cuatro unidades por cinco euros. Estaba bien pero le faltaba consistencia lo que dificultaba más la ya complicada tarea de comerlos con los palillos.

- En el puesto del wok paramos para probar un pato pekin, muy muy rico. Un poco caro, eso si, 13,5 euros. Pero con una preparación espectacular, con el pato en su punto. Crujiente pero sin quedarse quemado. También probamos en nuestra primera visita un wok con pollo y gambas de gaifan por 7,9€ del que no quedó nada.


- Bolas de Dragón fue el plato que probamos en Smok Mok. Un arroz un tanto soso y que la salsa barbacoa japonesa no arreglaba. Las bolas eras unas albóndigas de ternera poco hechas y que eran lo mejor del plato (9€). Este puesto, según la revistar Vogue, es el mejor puesto de comida asiática callejera de Madrid.


En cuanto a la bebida los refrescos están a 2,2€ y las cervezas entre los 3 y los 4. Tienen un amplio surtido de cervezas de importación con un precio de 3,9€ como la Tsingtao de China o la Asahi japonesa. De barril, además de Mahou, tienen la marca independiente "Cuernos de pez" que no llegamos a probar.

Como mercado gastronómico decir que es el más original, tiene puestos que merecen mucho la pena y, aunque el precio no es barato, es una delicia pasar por allí y sentir como si comieras en un puesto callejero del mismo Bangkok.

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