Restaurante Etxanobe Bilbao

En nuestra reciente escapada a Bilbao pasamos por Etxanobe ya que teníamos ganas de volver a un Michelín vasco; desde la visita a Arzak hace más de 6 años no íbamos a ninguno y nos apetecía. El plan inicial era ir a Nerua pero como no tenía opción de carta y solo se podía pedir menú lo descartamos ya que íbamos con los niños y las comidas con menú degustación a veces se hacen bastante largas.

Lo curioso es que ahora, menos de un mes después, nos hemos enterado que Etxanobe ha cambiado. Ha cambiado el concepto, separando el restaurante en dos ambientes, ha cambiado de ubicación y hasta de nombre. Por la localización, han dejado el Palacio de Euskalduna, donde llevaban 18 años, para irse al centro de Bilbao, a la calle Juan Ajuriaguerra 8. El restaurante ha cambiado y se ha dividido en dos: Atelier Etxanobe, donde disfrutar de un menú extenso de 11 platos y 3 postres por 110€ (150€ si se opta por un maridaje de 6 vinos), y la Despensa de Etxanobe donde se puede elegir entre carta o tres menús de unos 60€. La Despensa, en cuanto a carta y menús, es muy parecida a la que tenía el antiguo Etxanobe pero con los platos algo más baratos. Lo único que no ha cambiado ha sido su chef Fernando Canales Etxanobe que ostenta una Estrella Michelín.

Nuestra visita fue a la ubicación antigua así que no perderemos tiempo describiendo la sala. Nos chocó, eso si, el número tan alto de camareros y de jefes de sala, parecía todo como duplicado. Quizá se estaban preparando para la separación de ambientes actual. También nos chocó el frío recibimiento, no se si fue la hora (teníamos la reserva muy pronto) o el ir con niños, pero parecía que no nos querían atender, los camareros rehuían la mesa, unos iban trayendo botellas de agua a un mueble auxiliar, otros venían a llevárselos. Así hasta que una camarera se hizo cargo de la situación, vino a la mesa, le trajo un juguete a cada niño y empezamos a disfrutar. Porque la comida fue eso puro gozo.

Como nos decantamos por carta nos trajeron una tablet donde se podían ver los platos con sus fotos y escogimos:
- Croquetas, por los niños y porque las croquetas, en el norte, siempre están de vicio

- Txangurro de gamba blanca: un falso txangurro hecho con gamba que era exquisito

- Lasaña de anchoa y tomate: aunque ya lo habíamos probado casi igual en otro restaurante este plato también fue un éxito. Unos boquerones marinados sobre una base de sopa natural que era como un gazpacho, además, de los mejores que hemos probado nunca.

- Merluza rellena de Cigala y jugo de centollo. Estupenda materia prima aunque, en comparación con el resto, el plato más flojo.

- Chipirón asado. A pesar de su simpleza, divino.

- Canelón de pularda con foie, una maravilla de canelón. Sabores intensos en un plato sencillo.

- De postre pedimos un chocolate picante que consistía en una mousse de chocolate, con un ligero toque picante y pepitas doradas crujientes.

Y como estábamos en Navidad la comida terminó con unos petit fours que, en esta ocasión, eran turrones.

Todo, con tres copas de vino, dos de agua y un café, para dos adultos y dos niños, rondó los 200€. El servicio, a pesar de la frialdad inicial, decir que fue impecable, coordinado, amable y muy atento con nosotros y con los niños haciendo que fuera una comida de esas de las que sales encantado. Sobretodo con la calidad. Según ampliamos nuestra experiencia en restaurantes con Estrellas más notamos los altibajos de la guía, aquí desde luego acierta de pleno y sin embargo, hay restaurantes mucho peores y las mismas estrellas (sobretodo en Cataluña).

Viendo la nueva propuesta y la bajada de precios, Etxanobe, es una apuesta segura!

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