Ya empieza a asomar el calor pero, antes de que llegue el verano, aún da tiempo a tomar algún cocido más. Esta vez la visita fue a Casa Pello Retiro (existe otro en Alberto Alcocer) un cocido no muy famoso en Madrid que antes servían en tres vuelcos, en un menú con postre, café y vino por 32 euros y ahora viene en dos vuelcos, sin menú, por 19,90€ euros.
Por el nombre esperábamos un local clásico y sin embargo es todo lo contrario, decoración moderna y funcional, donde un buen servicio te atiende nada más entrar y te ofrecen algo de beber con unas aceitunas.
Llega el primer vuelco: la sopa. Servida en sopera que dejan en la mesa para repetir es espesa, contundente en textura, aunque no tiene demasiado sabor a cocido. Parece como si estuviera espesada con garbanzos machacados y condimentada con algún "ingrediente artificial". Aún así estaba buena y los tres comensales de la mesa repetimos.
El segundo vuelco con todo lo demás:
- Garbanzo pequeño, bien cocinado aunque con poco sabor
- Verdura: poca pero bastante buena. Un poco de repollo y puerro
- Carnes: chorizo, de lo mejor de las carnes. Morcilla, no pegaba mucho y no era de excesiva calidad. Además pollo. tuétano y, por último, morcillo y tocino que tampoco podían considerarse de primera.
Para el postre tienen bastante variedad y nosotros nos pedimos un crepe de chocolate (5,5€) y un café llevando la cuenta a los 73 euros con 1,9€ de servicio por comensal, un cava (3,9€), Coca-Cola y agua. El cocido está en 19,90 y para el niño nos ofrecieron la opción de pedirle una sopa solo (9,9€) y comer del segundo vuelco de los mayores. No es una mala propuesta vistas las clavadas que te hacen en otros locales por el cocido de niños; además el servicio, que fue en todo momento muy correcto, estuvo encantador con los pequeños.
En definitiva, un cocido normal, en la franja media en cuanto a calidad y precio pero que no destaca en nuestro ranking del mejor cocido madrileño
Por el nombre esperábamos un local clásico y sin embargo es todo lo contrario, decoración moderna y funcional, donde un buen servicio te atiende nada más entrar y te ofrecen algo de beber con unas aceitunas.
Llega el primer vuelco: la sopa. Servida en sopera que dejan en la mesa para repetir es espesa, contundente en textura, aunque no tiene demasiado sabor a cocido. Parece como si estuviera espesada con garbanzos machacados y condimentada con algún "ingrediente artificial". Aún así estaba buena y los tres comensales de la mesa repetimos.
El segundo vuelco con todo lo demás:
- Garbanzo pequeño, bien cocinado aunque con poco sabor
- Verdura: poca pero bastante buena. Un poco de repollo y puerro
- Carnes: chorizo, de lo mejor de las carnes. Morcilla, no pegaba mucho y no era de excesiva calidad. Además pollo. tuétano y, por último, morcillo y tocino que tampoco podían considerarse de primera.
Para el postre tienen bastante variedad y nosotros nos pedimos un crepe de chocolate (5,5€) y un café llevando la cuenta a los 73 euros con 1,9€ de servicio por comensal, un cava (3,9€), Coca-Cola y agua. El cocido está en 19,90 y para el niño nos ofrecieron la opción de pedirle una sopa solo (9,9€) y comer del segundo vuelco de los mayores. No es una mala propuesta vistas las clavadas que te hacen en otros locales por el cocido de niños; además el servicio, que fue en todo momento muy correcto, estuvo encantador con los pequeños.
En definitiva, un cocido normal, en la franja media en cuanto a calidad y precio pero que no destaca en nuestro ranking del mejor cocido madrileño
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