Se acercan las Navidades, unas fechas magníficas para pasear por el centro de Madrid y si quieres salir del tradicional bocata de calamares en los aledaños de la Plaza Mayor, podemos recomendarte varios sitios, pero hoy nos centraremos en el nuevo restaurante del televisivo Alberto Chicote. Es un buen plan para el Puente de Diciembre o para cualquier visita a Madrid ya que se encuentra en pleno centro, dentro del Corte Inglés de la Puerta del Sol.
Llevábamos intentando reservar desde el mes de septiembre y sospechábamos que había algún error de programación en la web, porque no nos dejaba reservar ningún día al mediodía, solo por las noches. Este jueves, por probar, volvimos a intentarlo y: sorpresa! ¡había mesa para el sábado, a las 13:30 y a las 15:00!... Es cierto que tenía truco, porque coincidía con el Madrid-Barça, pero no desperdiciamos la oportunidad, así que, allí que nos fuimos, a hacer día típicamente navideño: con su Cortilandia, su Plaza Mayor, sus luces... e incorporamos al plan conocer el Puertalsol.
Según llegamos, había cola, de gente esperando para comer. Como teníamos reserva, no tuvimos que esperarla, pero hemos de decir que no parecía que hubiera mucho tiempo de espera. Eso sí, el hueco era para la terraza. No hacía mal día, pero no deja de ser Diciembre en Madrid... La terraza tiene calefactores y mantitas, al más puro estilo europeo.
El local tiene una decoración sencilla, sin nada muy destacable, sencillamente porque lo que hay que ver es lo que está fuera, el reloj de la Puerta del Sol, a la misma altura que la terraza. Una maravilla, merece la pena subir solo por tener esa perspectiva. Dispone también de una cocina semivista, que ves mientras subes por las escaleras mecánicas o el ascensor transparente y donde estaba "Alberto" esperándonos. Bien!
La primera sorpresa con la que no contábamos es que nos tocó mesa alta. Podría haber sido un poco incordio por ir con el carrito, pero como nuestros nenescasi siempre saben estar a la altura, el pequeño decidió que era una gran idea dormir la siesta mientras sus papás y su hermano comían, así que, problema resuelto.
Nos ofrecen la carta. Es clásica, de tapeo castizo, con sus embutidos, sus croquetas, sus empanadillas, su ensaladilla rusa y unos arrocitos para los guiris. También codillo o atún. Dudamos bastante porque nos apetecían demasiadas cosas. Al final, nos decantamos por:
- Croquetas (tanta crítica en su programa... a ver cómo las hace él). Tienen de cocido, de jamón o de bacalao (4 uds a 9 €) y la opción de pedir mixtas (6 uds, 2 de cada sabor, a 12€). Nos quedamos con ésta por probarlas todas y están bien pero no son para tanto. Poco contenido, sobretodo en las de jamón
- Empanadillas: De pisto, de atún y de rabo de toro. Mismo sistema que el anterior, volvimos a elegir las mixtas. Las de atún y las pisto saben parecidas. Todas muy ricas y muy caseras (14€ la ración de 6)
- Pulpo confitado con patatas revolconas: Muy rico de sabor, aunque para algunos gustos un pelín duro.
- Secreto de cerdo ibérico al carbón con chimichurri: una lástima que no llegó todo lo caliente que debería, porque estaba francamente bueno.
Y de postre, banda de manzana con helado de vainilla, con la tarta calentita, recién hecha. Muy rico.
Los tiempos de espera fueron un poco más largos de lo previsto ("llevo aquí 15 minutos esperando... tráeme al menos un poco de pan" habría dicho él en su programa ;)) pero aún así, fue una comida muy agradable. El personal atento y Chicote supervisando (o al menos, paseando), durante toda la comida por el local, dispuesto a hacerse fotos con cuantos se lo pidieron.
Al final, salió la cuenta por 97 €. Se disparó con 4 copas de cava que tomamos (a 5 € cada una siendo, además, Dominio De Requena). No tuvimos opción de ver la carta de vinos, así que tal vez si hubiéramos pedido vino, habría salido más o menos igual... En definitiva, un estilo totalmente distinto a su otro restaurante, Yakitoro. No es barato, pero hay calidad, y teniendo en cuenta la ubicación, no se puede poner mucha pega.
Llevábamos intentando reservar desde el mes de septiembre y sospechábamos que había algún error de programación en la web, porque no nos dejaba reservar ningún día al mediodía, solo por las noches. Este jueves, por probar, volvimos a intentarlo y: sorpresa! ¡había mesa para el sábado, a las 13:30 y a las 15:00!... Es cierto que tenía truco, porque coincidía con el Madrid-Barça, pero no desperdiciamos la oportunidad, así que, allí que nos fuimos, a hacer día típicamente navideño: con su Cortilandia, su Plaza Mayor, sus luces... e incorporamos al plan conocer el Puertalsol.
Según llegamos, había cola, de gente esperando para comer. Como teníamos reserva, no tuvimos que esperarla, pero hemos de decir que no parecía que hubiera mucho tiempo de espera. Eso sí, el hueco era para la terraza. No hacía mal día, pero no deja de ser Diciembre en Madrid... La terraza tiene calefactores y mantitas, al más puro estilo europeo.
El local tiene una decoración sencilla, sin nada muy destacable, sencillamente porque lo que hay que ver es lo que está fuera, el reloj de la Puerta del Sol, a la misma altura que la terraza. Una maravilla, merece la pena subir solo por tener esa perspectiva. Dispone también de una cocina semivista, que ves mientras subes por las escaleras mecánicas o el ascensor transparente y donde estaba "Alberto" esperándonos. Bien!
La primera sorpresa con la que no contábamos es que nos tocó mesa alta. Podría haber sido un poco incordio por ir con el carrito, pero como nuestros nenes
Nos ofrecen la carta. Es clásica, de tapeo castizo, con sus embutidos, sus croquetas, sus empanadillas, su ensaladilla rusa y unos arrocitos para los guiris. También codillo o atún. Dudamos bastante porque nos apetecían demasiadas cosas. Al final, nos decantamos por:
- Croquetas (tanta crítica en su programa... a ver cómo las hace él). Tienen de cocido, de jamón o de bacalao (4 uds a 9 €) y la opción de pedir mixtas (6 uds, 2 de cada sabor, a 12€). Nos quedamos con ésta por probarlas todas y están bien pero no son para tanto. Poco contenido, sobretodo en las de jamón
- Empanadillas: De pisto, de atún y de rabo de toro. Mismo sistema que el anterior, volvimos a elegir las mixtas. Las de atún y las pisto saben parecidas. Todas muy ricas y muy caseras (14€ la ración de 6)
- Pulpo confitado con patatas revolconas: Muy rico de sabor, aunque para algunos gustos un pelín duro.
- Secreto de cerdo ibérico al carbón con chimichurri: una lástima que no llegó todo lo caliente que debería, porque estaba francamente bueno.
Y de postre, banda de manzana con helado de vainilla, con la tarta calentita, recién hecha. Muy rico.
Los tiempos de espera fueron un poco más largos de lo previsto ("llevo aquí 15 minutos esperando... tráeme al menos un poco de pan" habría dicho él en su programa ;)) pero aún así, fue una comida muy agradable. El personal atento y Chicote supervisando (o al menos, paseando), durante toda la comida por el local, dispuesto a hacerse fotos con cuantos se lo pidieron.
Al final, salió la cuenta por 97 €. Se disparó con 4 copas de cava que tomamos (a 5 € cada una siendo, además, Dominio De Requena). No tuvimos opción de ver la carta de vinos, así que tal vez si hubiéramos pedido vino, habría salido más o menos igual... En definitiva, un estilo totalmente distinto a su otro restaurante, Yakitoro. No es barato, pero hay calidad, y teniendo en cuenta la ubicación, no se puede poner mucha pega.
Comentarios
Publicar un comentario