Actualización: CERRADO. En enero de 2.016 y tras solo 3 años de aventura este local ha cerrado sus puertas
Lo primero que vimos cuando entramos fue la barra, con la imagen de los Beatles cruzando Abbey Road. Como buen beatlemaniaco pensé: "Esto empieza bien", pero luego nos llevamos una pequeña decepción. Un domingo, a las dos de mediodía, no había nadie. El local, pintón a la entrada y en la primera zona de mesas muy acogedora, flojeaba después, en la zona de restaurante, que era demasiado fria. A pesar de los dibujos rockeros y de las mesas con los logos de grupos musicales la sala no disimulaba que debía haber sido un antiguo mesón, pequeño, con ventanucos y con una sensación extraña en la colocación de las mesas.
La carta tiene bastantes novedades en los entrantes con respecto a otros locales del estilo como huevos rotos, carpaccio, espárragos, foie y una gran variedad de ensaladas, se completa con las hamburguesas. La mayor parte son de cebón, de 200 gramos, excepto algunas especiales de ¿kobe?, atún, presa, pollo, bisonte y una para veganos de tofú. Todas tienen nombres de grandes músicos: Elvis, Mercury, Lennon, Ringo, Yoko (¿alguien me puede explicar porque está Yoko y no Paul o George????), etc..
El servicio fue atento y agradable, bueno en lineas generales. La comida no lo fue tanto:
- Aritos de cebolla. Lo pedimos siempre para comparar unos locales con otros. En este caso no destacan, parecían congelados.
- Delicias de pollo. Estaban muy bien preparadas, con un rebozado muy rico y venían acompañadas de tres salsas.
- Hamburguesa Robert Trujillo: para un músico con ascendencia mexicana una hamburguesa con toques mexicanos, guacamole y aros de cebolla.
- Mick Jagger con bacon, mezclum de lechuga, tomate raf y cebolla.
Las dos hamburguesas tenían el pan un poco seco, 200 gramos de carne de cebón que era algo mediocre y tenía poco sabor. A pesar de tener bien pillado el punto no estaban muy buenas. Venían acompañadas por unas pocas patatas ennegrecidas y blandas, síntoma de patata vieja.
No tomamos postre, la carta de los mismos era algo escasa y de algunos no había. Como tampoco tenían café pedimos la cuenta que con dos Cokes y un agua ascedió a 43,40 euros. Los precios son ajustados y las hamburguesas no son caras, están entre los 8 y los 12 euros (con excepción en la de kobe 14,5€). Además, en nuestro caso reservamos con El Tenedor y tuvimos un descuento del 30% por lo que salió todo por solo 32,30€
Lo mejor del sitio, además de las referencias Beatle, fue la música de fondo: puro Rock que no dejó de sonar ni un minuto pero en nuestro ranking de las mejores hamburguesas de Madrid no está entre los primeros lugares.
Lo primero que vimos cuando entramos fue la barra, con la imagen de los Beatles cruzando Abbey Road. Como buen beatlemaniaco pensé: "Esto empieza bien", pero luego nos llevamos una pequeña decepción. Un domingo, a las dos de mediodía, no había nadie. El local, pintón a la entrada y en la primera zona de mesas muy acogedora, flojeaba después, en la zona de restaurante, que era demasiado fria. A pesar de los dibujos rockeros y de las mesas con los logos de grupos musicales la sala no disimulaba que debía haber sido un antiguo mesón, pequeño, con ventanucos y con una sensación extraña en la colocación de las mesas.
La carta tiene bastantes novedades en los entrantes con respecto a otros locales del estilo como huevos rotos, carpaccio, espárragos, foie y una gran variedad de ensaladas, se completa con las hamburguesas. La mayor parte son de cebón, de 200 gramos, excepto algunas especiales de ¿kobe?, atún, presa, pollo, bisonte y una para veganos de tofú. Todas tienen nombres de grandes músicos: Elvis, Mercury, Lennon, Ringo, Yoko (¿alguien me puede explicar porque está Yoko y no Paul o George????), etc..
El servicio fue atento y agradable, bueno en lineas generales. La comida no lo fue tanto:
- Aritos de cebolla. Lo pedimos siempre para comparar unos locales con otros. En este caso no destacan, parecían congelados.
- Delicias de pollo. Estaban muy bien preparadas, con un rebozado muy rico y venían acompañadas de tres salsas.
- Hamburguesa Robert Trujillo: para un músico con ascendencia mexicana una hamburguesa con toques mexicanos, guacamole y aros de cebolla.
- Mick Jagger con bacon, mezclum de lechuga, tomate raf y cebolla.
Las dos hamburguesas tenían el pan un poco seco, 200 gramos de carne de cebón que era algo mediocre y tenía poco sabor. A pesar de tener bien pillado el punto no estaban muy buenas. Venían acompañadas por unas pocas patatas ennegrecidas y blandas, síntoma de patata vieja.
No tomamos postre, la carta de los mismos era algo escasa y de algunos no había. Como tampoco tenían café pedimos la cuenta que con dos Cokes y un agua ascedió a 43,40 euros. Los precios son ajustados y las hamburguesas no son caras, están entre los 8 y los 12 euros (con excepción en la de kobe 14,5€). Además, en nuestro caso reservamos con El Tenedor y tuvimos un descuento del 30% por lo que salió todo por solo 32,30€
Lo mejor del sitio, además de las referencias Beatle, fue la música de fondo: puro Rock que no dejó de sonar ni un minuto pero en nuestro ranking de las mejores hamburguesas de Madrid no está entre los primeros lugares.
Comentarios
Publicar un comentario