A pesar de ser un pueblo de lo más turístico, Llanes no se caracteriza, salvo contadas excepciones, por tener buenos locales hosteleros pero esta taberna es una de ellas. Inaugurada el año pasado y regentado por los antiguos propietarios del Restaurante Barlovento, también en Llanes, podríamos considerarlo como nuestro descubrimiento de esta temporada. Situada en pleno puerto pesquero, en la parte alta del mismo edificio de la rula (rula es el sistema de subasta de pescado en el que se cantan los precios a la baja y el primero que ofrece se lleva la subasta, por extensión se llama así al edificio de la lonja), tiene unas vistas espectaculares y junto con la calidad de su carta, lo hacen un sitio más que recomendable.
Si tienes suerte, como tuvimos nosotros, puedes disfrutar en primera fila de una comida orientada a un amplio ventanal que da al mar, con el puerto en primer plano, la costa y el mar abierto. Si no tienes esta suerte, aunque estés más atrás, se ve el mar desde cualquier mesa, pero además, la decoración del local es de lo más agradable.
Disponen de carta para tapear en barra, junto con alguna mesa alta a la entrada, y carta diferente para el restaurante. Dada su situación y el nombre del restaurante ("Bálamu" = banco de peces), es obvio que el punto fuerte de la carta son los pescados. Frescos, frescos, fresquísimos, aunque también disponen de otros platos para los carnívoros que no se quedan atrás. En la carta figuran todos los pescados habituales y puntean los que están disponibles. En nuestra visita, este punto fue un poco caótico, ya que unas cartas tenían punteados unos pescados que en otras no estaban... tendrían que cuidar un poco más este aspecto.
Tras un largo debate, ya que nos apetecía casi todo, nos decidimos por unos entrantes para compartir:
- Croquetas de jamón, con un relleno prácticamente líquido
- A falta de pastel de cabracho, elegimos un pastel de salmón
- Anchoas
- Ensaladilla rusa
Para comer, como platos principales, elegimos uno por cabeza, aunque dado el tamaño tanto de las raciones como de los platos, bien podríamos haber compartido:
- Merluza: fresquísima y perfectamente cocinada, como no podía ser de otra manera.
- Pixín (Rape): Igual que lo anterior, espectacular
- Pitu Caleya (podría traducirse como Pollo de Corral al otro lado de la Cordillera Cantábrica), cocinado a la manera tradicional, con su carne bien oscura y fuerte sabor. Ración increíblemente grande y aderezado con sus patatas fritas perfectas
- Cachopo, el tradicional filete empanado asturiano, relleno, habitualmente, de jamón y queso. Su valoración, habitualmente, se hace por volumen. En este caso, estaba a la altura de lo esperado, tanto en sabor como tamaño.
Y por si fuera poco, decidimos pedir tres postres para los 5, a compartir. Nos decantamos por un arroz con leche, tarta de chocolate y tarta de manzana. Los tres estaban también magníficos. Yo, que soy chocolatera a más no poder, en esta ocasión tengo serias dudas de si me quedo con la tartade chocolate o la de manzana.
En resumen, las raciones bien abundantes, como es de esperar en Asturias pero además, todo, absolutamente todo, estaba exquisito. Ninguno de todos los platos elegidos flaqueó por ningún aspecto.
Finalmente la cuenta ascendió, con 3 cervezas, una botella de vino blanco (no me quedé con el nombre...), un par de botellas de agua y cafés, a 43 €/pax.
En definitiva, si estás por el Oriente de Asturias y quieres darte un homenaje con productos de mercado y especialmente pescado recién pescado (valga la redundancia), no dejes de visitar El Bálamu. Por cierto, es imprescindible reservar.
Si tienes suerte, como tuvimos nosotros, puedes disfrutar en primera fila de una comida orientada a un amplio ventanal que da al mar, con el puerto en primer plano, la costa y el mar abierto. Si no tienes esta suerte, aunque estés más atrás, se ve el mar desde cualquier mesa, pero además, la decoración del local es de lo más agradable.
Disponen de carta para tapear en barra, junto con alguna mesa alta a la entrada, y carta diferente para el restaurante. Dada su situación y el nombre del restaurante ("Bálamu" = banco de peces), es obvio que el punto fuerte de la carta son los pescados. Frescos, frescos, fresquísimos, aunque también disponen de otros platos para los carnívoros que no se quedan atrás. En la carta figuran todos los pescados habituales y puntean los que están disponibles. En nuestra visita, este punto fue un poco caótico, ya que unas cartas tenían punteados unos pescados que en otras no estaban... tendrían que cuidar un poco más este aspecto.
Tras un largo debate, ya que nos apetecía casi todo, nos decidimos por unos entrantes para compartir:
- Croquetas de jamón, con un relleno prácticamente líquido
- A falta de pastel de cabracho, elegimos un pastel de salmón
- Anchoas
- Ensaladilla rusa
Para comer, como platos principales, elegimos uno por cabeza, aunque dado el tamaño tanto de las raciones como de los platos, bien podríamos haber compartido:
- Merluza: fresquísima y perfectamente cocinada, como no podía ser de otra manera.
- Pixín (Rape): Igual que lo anterior, espectacular
- Pitu Caleya (podría traducirse como Pollo de Corral al otro lado de la Cordillera Cantábrica), cocinado a la manera tradicional, con su carne bien oscura y fuerte sabor. Ración increíblemente grande y aderezado con sus patatas fritas perfectas
- Cachopo, el tradicional filete empanado asturiano, relleno, habitualmente, de jamón y queso. Su valoración, habitualmente, se hace por volumen. En este caso, estaba a la altura de lo esperado, tanto en sabor como tamaño.
Y por si fuera poco, decidimos pedir tres postres para los 5, a compartir. Nos decantamos por un arroz con leche, tarta de chocolate y tarta de manzana. Los tres estaban también magníficos. Yo, que soy chocolatera a más no poder, en esta ocasión tengo serias dudas de si me quedo con la tartade chocolate o la de manzana.
En resumen, las raciones bien abundantes, como es de esperar en Asturias pero además, todo, absolutamente todo, estaba exquisito. Ninguno de todos los platos elegidos flaqueó por ningún aspecto.
Finalmente la cuenta ascendió, con 3 cervezas, una botella de vino blanco (no me quedé con el nombre...), un par de botellas de agua y cafés, a 43 €/pax.
En definitiva, si estás por el Oriente de Asturias y quieres darte un homenaje con productos de mercado y especialmente pescado recién pescado (valga la redundancia), no dejes de visitar El Bálamu. Por cierto, es imprescindible reservar.
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