miércoles, 27 de agosto de 2014

Restaurante Quique Dacosta: Seducción

Aprovechando que estábamos de vacaciones en Denia no podíamos dejar pasar la ocasión de visitar el restaurante de Quique Dacosta. Hemos de reconocer que lo hacíamos con algo de miedo puesto que, al no tener opción de canguro, teníamos que ir con nuestro hijo de 2 años y esto, en comidas tan largas (la nuestra fue de 4 horas) es un poco arriesgado pero, al final, las facilidades que dan en la web hizo que nos animáramos.

El local, con una elegante decoración en blancos, está en una extraña localización, en plena carretera de Las Marinas, una típica carretera de playa, con chiringuitos, pizzerías y quioscos de venta de sombrillas y tiburones-flotador. Eso sí, una vez dentro te olvidas de todo y empieza la seducción.

Primero te ofrecen un aperitivo en terraza, en nuestro caso un Recadero Gran Reserva, y el maître te ofrece una carpetita con un cuaderno de dibujos y reflexiones de Quique (sobre su trabajo y su tierra), una libreta y un lápiz para apuntar lo que quieras sobre los platos y un sobre con los menús. Mientras los analizas y te lo piensas te van sirviendo los aperitivos que son iguales en los dos menús: “Universo local”, con los platos clásicos de Quique y “Tomorrowland”, sus últimas creaciones. Ambos menús tienen el mismo precio (165€+IVA). Como no conocíamos la cocina de este chef nos decantamos por el menú de platos tradicionales del cual ya habían eliminado el queso, sin decir, puesto que comentamos en la reserva y lo tenían presente (buen detalle!). Los menús se sirven en actos y constan de 30 platos, en nuestro caso 32 ya que nos sirvieron dos extras en el tercer acto:

Primer acto: Snacks, servidos en la terraza:
- Coctel de manzana de Oro: un coctel de manzana con gas y un poquito de alcohol que parecía como una sidra.
- Rosa, pétalos de rosa comestibles. Hechos de algo que no pudimos descubrir

- Crujiente de alga   

- Raíces de boletus, hoja seca de maíz y hoja de hierbas de escabeche. Los tres snacks venían servidos juntos en un elegante plato. Al pequeño acompañante le gustó tanto que nos pusieron uno más para él (hay que decir que el trato hacía él fue espectacular en todo momento).

- Tomate encurtido.
- Spaguetti putanesca
- Raïm de pastor. Dos tipos de hojas para comer, una de ellas de kalanchoe, la típica planta de interior con flores y cuyo sabor no nos gustó demasiado.

Segundo acto: mesa de salazones:
- Salazones de pulpo seco y huevo de mújol con un sabor intensísimo
- Papel de salvado de cereales. Para comer a modo de pan y servido en una lámina
- Cebolletas frescas encurtidas
- Higo. Higo seco servido dentro de un papel de obulato para comer de un bocado

Tercer acto: tapas:
- Maria 2.012: un zumo de tomate servido para tomar de un bocado y que explote en la boca
- Nieve de tomate 2.011: uno de los platos que más nos asombró. Autentica nieve con sabor a tomate… increíble la textura lograda.

- Nudo marinero
- Tartar de navajas: dos plato con base la navaja que nos trajeron para sustituir los dos de queso que tocaban (Pesto y Cremoso de parmesano)

- Tiradito de corvina
- Empanadilla de sepia y wasabi. No estaban en el menú, de hecho fue una invitación que nos encantó. Sobre todo el contenido de la empanadilla.
- Ceviche de erizos: este plato suscitó opiniones dispares. Por un lado el intenso sabor del erizo que nos encanta y por otro el cilantro que deja demasiado regusto.

- Taco mediterráneo: un taco de pescado
- Coca de Dacsa: una mini coca finísima con sabor a mantequilla y huevo.

Cuarto acto: Nuestra mesa:
- Cubalibre de foie gras con escarcha de limón y rúcula 2.001: para amantes del foie

- Bruma 2.008: El plato más espectacular, una mezcla de sabores servidos entre humo y toques ahumados.

- Gazpacho de frutos rojos 2.002

- Gamba roja de Denia hervida y té de bledas

- Arroz de anguila ahumada y cerezas 2.006: arroz en su punto con mucho sabor, otro de los platos que más nos gustó.

- Salmonete con perlas de su cabeza 1.999: una mitad nos pareció que estaba perfecta y la otra algo cruda. Nos encantó la primera y fue la única parte que nos comimos.

- Presa ibérica asada a las maderas 2.008: indescriptible. A pesar de ser el último plato nos lo comimos con ansia. Estaba delicioso.

Quinto acto: postres:
- Melocotón de viña 2.010: toques de melocotón, gelatina y helado.

- Pizarras de chocolate 2.009: a nuestro gusto, un gran menú siempre tiene que tener un postre con chocolate y el de este no nos defraudó. Distintos tipos de chocolate a cada cual más bueno.

Sexto acto: la caja. Los petit four que acompañaron al café y la cuenta. Aquí también tuvieron el detalle de servir de más para el niño
- Piedras almendra, trufa, pepita de oro y macarón.

La cuenta, con agua, cava Privat Opus Evolution Gran Reserva y los aperitivos salió por 440 euros de los que se pagan 100 menos porque es importante saber que aquí te cobran por reservar. Es una política que no compartimos mucho pero que se está empezando a extender cada vez más debido al abandono de mesas por parte de los clientes.

Después de varias malas experiencias Michelín hemos de decir que de aquí salimos extasiados y felices. Los platos son de una originalidad y sabor impresionantes, el local te hace sentir muy cómodo y el servicio es muy agradable y profesional aunque, algo que ya hemos visto en otros sitios de este estilo, a medida que se iba cerrando el servicio iban desapareciendo camareros y se descuidaban detalles como terminar la comida sin agua.

En palabras de Quique Dacosta: “Nos gusta seducirte así”…. Y a nosotros nos sedujo.

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