miércoles, 24 de noviembre de 2010

Como ganar un viaje a Paris... comiendo

Bueno comiendo queso (que los que nos conocen ya saben que lo odiamos) y haciéndote una foto con él y con tus amigos.

Uno de nuestos lectores, Treemkt, una plataforma de social media, está llevando a cabo un concurso llamado “Corta y estrena tu tabla de quesos” en el que presenta un nuevo queso

Este es un blog que se hace por vicio y sin ánimo de lucro, por lo que no tiene publicidad, pero oye, viendo que se puede ganar un viaje pues hemos decidimos moverlo. Se trata de enviar una fotografía con el máximo número de personas y que aparezca el producto promocionado
La información exacta aquí: http://treemkt.com/proyectos/philadelphiaduo/concurso-2/

Sortean un viaje a París para 2 personas valorado en 2.500€. Si os toca, traednos algo... que no sea queso.

martes, 23 de noviembre de 2010

Cocidito madrileño I: Taberna de la Daniela

Durante el pasado invierno y este que se nos echa encima nos hemos propuesto catar los cocidos madrileños más famosos de la ciudad para probar y comprobar si su fama es justa.

Ya llevamos 3 y vamos a comentar el primero de ellos: La Taberna de la Daniela de Cuchilleros. Esta taberna es una de las cuatro de esta cadena, no es la más famosa (es la de General Pardiñas) pero la elegimos por estar en el centro de Madrid, en la zona de la Plaza Mayor... mi zona favorita de la ciudad.

El local siempre está a rebosar y suele ser necesario reservar. Es el triunfo de la especialización, un local en el que, aunque se puede comer de carta, ni la ves sino la pides. El funcionamiento es así, el camarero te trae una servilleta-babero y te suelta "Un cocidito ¿no jóvenes?".

El lugar es incómodo, las mesas están muy cerca de la zona de barra (donde por cierto hay una gran variedad de tapas) y te da la sensación de que tienes a gente tomándose cañas sobre tu espalda. Además la nuestra estaba muy cerca de la puerta y cada vez que se abría entraba una corriente de aire frío

Al grano, la comida: un buen cocido, una gran sorpresa porque lo esperábamos más normalito. La sopa, servida en sopera que se queda en la mesa para repetir, era algo insulsa, con poco sabor y poca grasa pero los garbanzos lo compensaron.

El segundo vuelco vino con la bola y la verdura, patata, zanahoria y los garbanzos... perfectos. Eran garbanzos medianos, de textura fina y muy buen sabor. Quizá un pelín fríos pero lo mejor, con diferencia, de la comida. Casi nos los acabamos, lo que es raro. Eso si, la verdura apenas la tocamos. Hay que comentar que para los garbanzos trajeron dos salsas: tomate con comino y tomate con ajo y perejil que combinaban muy bien con los garbanzos, sobretodo la primera.



El tercer vuelco contenía jamón, tocino, gallina, morcillo y morcilla de arroz. Un trozo generoso de cada cosa por comensal. De esto si sobró. Todo exquisito, aunque a mi gusto le sobraba la morcilla y le faltaba el hueso de tuétano.

Para beber tampoco nos trajeron carta, nos ofrecieron un vino embotellado por el nombre y como les dijimos que no queríamos beber demasiados nos ofrecieron una frasca de medio litro de rioja crianza por el módico precio de 5,10€. Merece la pena.

El cocido vale 21,75€ y la cuenta superó los 30€ por cabeza porque los postres si son caros.

Resumiendo: un buen cocido en un restaurante poco agradable.

martes, 9 de noviembre de 2010

Comida típica en Marrakech

La plaza de Jemaa El Fna es el lugar ideal para degustar comida marroquí en pleno ambiente árabe. Aunque es un sitio turístico también es el punto de encuentro de los habitantes de la ciudad, el lugar donde comercian, cuentan cuentos y cantan. Por la mañana está lleno de vendedores de agua, amaestradores de monos y encantadores de serpientes. Puestos de zumos de naranja y vendedores de frutos secos acompañan a los visitantes durante todo el día.

Por la noche, como de la nada, aparecen cientos de puestos de comida ambulante perfectamente ordenados y que ofrecen los platos típicos de allí: cous-cous o tajines, que pueden ser de verduras, pollo o viande (literalmente carne, principalmente cordero) o brochetas. Hay que tener cuidado de no caer en un puesto para guiris pero es fácil: donde haya naturales del pais comiendo, ese sitio no es de turistas

Dentro de la maraña de chiringuitos está nuestra recomendación: el Puesto 31. El sitio no puede ser más simple, una pequeña cocina en el centro, 12 personas alrededor preparando comida y una banco corrido en forma de U rodeándolo todo y donde, apretados unos a otros, la gente del lugar come principalmente salchichas. El puesto, que siempre tiene cola, vende otros productos típicos, pero el 100% de la gente come salchichas con pan (que también mojan en tomate)... y no me extraña, están de vicio. Incluso venden en bocadillos para llevar.


Por unos 10 euros cenan dos con bebida. Los platos valen unos 30 dihram, menos de 3 euros, las salchichas 25 y las bebidas van desde 5dh, el té, a 8 el refresco (un euro=11 dirham). Eso si, el sitio no es apto para escrupulosos, todo te lo sirven con las manos, el mantel es un trocito de papel y el agua no es embotellada, hay unas tazas de plástico, mugrientas y comunitarias, que rellenan de un bidón y que comparten todos los comensales. El lugar es un espéctaculo, sales apestando, pero estás boquiabierto toda la cena.

Una recomendación extra para los que se consideren remilgados y no se vean compartiendo codazos y vaso con desconocidos. En la misma plaza se encuentra el restaurante Chez Chegrouni, en él puedes comer los mismos platos de manera más cómoda y por poco dinero más (unos 14 euros la comida para dos). No probarás las salchichas pero puedes acompañarlo todo con la sopa típica de la zona, la harira. Eso si, busca sitio en la terraza, las vistas de la plaza y su bullicio merecen la pena.

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