A apenas dos kilómetros de Llanes, se encuentra el pueblo de Poo, muy conocido por su playa, preciosa por su entrada del mar entre dos acantilados y con la singularidad de que el agua "desaparece" al bajar la marea. Pero además, en Poo puedes aprender cómo hacer sidra.
Resulta increíble que algo tan tradicional como la sidra asturiana no se haya explotado de una manera similar a los vinos o cavas para enseñar su proceso. Y eso mismo debieron de pensar Luis, Jorge y Fran cuando se lanzaron en el proyecto. Provienen de una familia donde se ha elaborado la sidra "desde siempre", con la plantación familiar y para consumo propio. Ellos, decidieron introducirse en el mundo de la Denominación de Origen y ampliar la producción. Son un lagar pequeño pero su principal contribución es la transmisión de su conocimiento a través de visitas guiadas a las instalaciones.
Más información en http://www.elromano.org/
Resulta increíble que algo tan tradicional como la sidra asturiana no se haya explotado de una manera similar a los vinos o cavas para enseñar su proceso. Y eso mismo debieron de pensar Luis, Jorge y Fran cuando se lanzaron en el proyecto. Provienen de una familia donde se ha elaborado la sidra "desde siempre", con la plantación familiar y para consumo propio. Ellos, decidieron introducirse en el mundo de la Denominación de Origen y ampliar la producción. Son un lagar pequeño pero su principal contribución es la transmisión de su conocimiento a través de visitas guiadas a las instalaciones.
Comienza la visita en la plantación, con unas vistas fabulosas, respirando aire limpio y tranquilidad. Allí detallan el proceso, desde sus inicios hasta la recolección de la manzana. Una hora larga de explicación, atendiendo oportunamente cualquier duda que pudiera surgir. Luego, entramos en el lagar, con una excelente explicación del proceso de fabricación de la sidra.
Y termina la jornada con el broche de oro, una espicha, un picoteo con barra libre de sidra, en un ambiente fabuloso, perfectamente atendido por los anfitriones que te hacen sentir como en casa y con no solo sidra, sino también comida casera, elaborada por Fran. Los platos, todos tradicionales asturianos y cada cual superaba al anterior:
Degustación de quesos asturianos. Había de tres tipos, todos de la zona como el tres leches de Porrúa.
Una empanada casera fabulosa
Croquetas: como las preparan allí. Cremosas cremosas
Tortinos con pisto. El torto es masa de harina de maíz frita que se suele comer con cabrales o picadillo. En este caso, con pisto. Estaban perfectos
Tortilla de patata
De postre, como no, arroz con leche.
De postre, como no, arroz con leche.
Y ahí estábamos, viendo anochecer y charlando con unas mantitas. Y comiendo sin parar. Estaba bueno incluso el pan, calentito y crujiente y eso que suele ser la asignatura pendiente en Asturias. Entre lo delicioso que estaba todo y lo distraídos que andábamos con los culines nos relajamos hasta de sacar el móvil; de ahí la pocas fotos a los platos (menos mal que teníamos a @sara_prieto para inmortalizar los paisajes).
Esta actividad la realizan solo en verano. Este año ya han terminado pero hay que estar atentos para el próximo estío, porque además, anuncian cambios... Hasta que llegue el momento, se puede disfrutar del entorno y su hospitalidad en el Hotel Cuartamenteru, regentado también por ellos.
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