CERRADO - Si leeis el principio de la entrada pusimos que le augurábamos poco futuro... pues eso, solo 8 meses, más o menos, ha durado!
Tenemos muchas entradas atrasadas pero hemos decidido adelantar esta ¿el motivo? pues que este nuevo restaurante lleva pocas semanas abierto pero le auguramos tan poco futuro que si no nos damos prisa lo mismo cierran antes. Pinta a esos lugares que no les da tiempo ni a que caduquen los productos del congelador y ya tienen que apagar fogones.
Se encuentra situado junto a Madrid Rio, en la Glorieta de Pirámides, en un local que parece maldito. Se reformó y lo dejaron muy mono para montar "Gastrovillanos" una espectacular cocina que aún no sabemos por qué cerró para montar "Sandra Lounge Bar" que duró menos aún. Ahora está este "Las Cambroneras" que recibe su nombre del antiguo nombre del barrio en el que se ubica. Mantiene parte de la decoración de GastroVillanos pero ahora tiene algo que le da un toque frio, no se si son las sillas o la mesa que han dejado a la entrada como auxiliar pero no es acogedor.
Llevan poco. Hay que ser comprensivos con los errores de los locales que comienzan y recalcar los puntos buenos pero ¿qué hacer cuando todo es un desastre? solo se salva la simpatía y las ganas de la camarera, que le ponía mucha voluntad pero no llegaba a todo (y eso que solo eran 6 mesas). Al final de la comida, cuando ya apenas hacía falta llegaron los refuerzos... un camarero skinhead que no se enteraba de nada y con una camiseta de "Bienvenidos al infierno"... angelito, el local tiene que mejorar pero no es como para considerarlo el infierno.
Cuando llegamos no tenían la reserva pero tuvimos suerte y había mesas libres. Nos sentaron y nos ofrecieron la carta, había menús muy económicos (solo 9€) pero nos decantamos por carta para poder probar su cocina. La carta en si no está mal, tiene todos los platos de los locales modernillos: carrilleras, callos, croquetas y rabo de toro... hoy en día no eres un bar Gastro sino das rabo... La carta tiene un detalle en sus platos que nos encanta, de muchos de ellos hay medias raciones:
- Media de torreznos con pimientos de padrón. Una buena ración para ser media pero no nos gustó, resultó que no eran torreznos. Ni se le parecía, era un trozo de panceta adobada. Lo mejor del plato las patatas.
- Sepia con cebolla caramelizada. La sepia estaba bien cocinada y tierna. El problema era la cebolla, estaba tan fría que enfrió la sepia; además de ser algo aceitosa.
- Rabo de Toro: un platito (11€) de un rabo de no muy buena calidad y duro. Con otro enorme problema y es que estaba frío también. En los trozos grandes no es que se notara poco caliente sino que estaba mal descongelado
- El último plato de la comanda fue un secreto del que solo se salvaban las partes finas, el resto duro y chicloso. Si la sepia era aceitosa de aquí salía tanta grasa que se podía calafatear el Titanic y lo mismo te sobraba. Por si acaso no era todo un despropósito, a la patatas, que es lo mejor del bar, las regaron convenientemente en vinagre de Módena. Nooooooo por favor.
Los primero platos los comimos sobre la bandeja de servir porque no nos pusieron platos. Luego ya se dieron cuenta y nos pusieron uno, pero no nos lo cambiaron así que comimos el secreto en un plato manchado de la salsa del rabo de toro.
Visto lo visto decidimos huir de ahí sin pedir postre, solo con un café. Los platos no son caros y es un restaurante más o menos económico, de un precio medio de 25€ pax. Nuestro pedido para dos no llegaba a los 45 euros sin postre y dos Coca-Colas; en El Tenedor hay ofertas de descuentos al 50% sin condiciones.
Espero que mejoren y no les llegue el tan temido cierre pero mucho tienen que cambiar. En principio darle más viveza y mejorar el tema de la entrada, dejar las mesas listas y preparadas, nada de platos sucios en mesas vacías. Una carta de vinos y que los platos, aunque sean precocinados, salgan, al menos, calientes. Tienen trabajo por delante.
Tenemos muchas entradas atrasadas pero hemos decidido adelantar esta ¿el motivo? pues que este nuevo restaurante lleva pocas semanas abierto pero le auguramos tan poco futuro que si no nos damos prisa lo mismo cierran antes. Pinta a esos lugares que no les da tiempo ni a que caduquen los productos del congelador y ya tienen que apagar fogones.
Se encuentra situado junto a Madrid Rio, en la Glorieta de Pirámides, en un local que parece maldito. Se reformó y lo dejaron muy mono para montar "Gastrovillanos" una espectacular cocina que aún no sabemos por qué cerró para montar "Sandra Lounge Bar" que duró menos aún. Ahora está este "Las Cambroneras" que recibe su nombre del antiguo nombre del barrio en el que se ubica. Mantiene parte de la decoración de GastroVillanos pero ahora tiene algo que le da un toque frio, no se si son las sillas o la mesa que han dejado a la entrada como auxiliar pero no es acogedor.
Llevan poco. Hay que ser comprensivos con los errores de los locales que comienzan y recalcar los puntos buenos pero ¿qué hacer cuando todo es un desastre? solo se salva la simpatía y las ganas de la camarera, que le ponía mucha voluntad pero no llegaba a todo (y eso que solo eran 6 mesas). Al final de la comida, cuando ya apenas hacía falta llegaron los refuerzos... un camarero skinhead que no se enteraba de nada y con una camiseta de "Bienvenidos al infierno"... angelito, el local tiene que mejorar pero no es como para considerarlo el infierno.
Cuando llegamos no tenían la reserva pero tuvimos suerte y había mesas libres. Nos sentaron y nos ofrecieron la carta, había menús muy económicos (solo 9€) pero nos decantamos por carta para poder probar su cocina. La carta en si no está mal, tiene todos los platos de los locales modernillos: carrilleras, callos, croquetas y rabo de toro... hoy en día no eres un bar Gastro sino das rabo... La carta tiene un detalle en sus platos que nos encanta, de muchos de ellos hay medias raciones:
- Media de torreznos con pimientos de padrón. Una buena ración para ser media pero no nos gustó, resultó que no eran torreznos. Ni se le parecía, era un trozo de panceta adobada. Lo mejor del plato las patatas.
- Sepia con cebolla caramelizada. La sepia estaba bien cocinada y tierna. El problema era la cebolla, estaba tan fría que enfrió la sepia; además de ser algo aceitosa.
- Rabo de Toro: un platito (11€) de un rabo de no muy buena calidad y duro. Con otro enorme problema y es que estaba frío también. En los trozos grandes no es que se notara poco caliente sino que estaba mal descongelado
- El último plato de la comanda fue un secreto del que solo se salvaban las partes finas, el resto duro y chicloso. Si la sepia era aceitosa de aquí salía tanta grasa que se podía calafatear el Titanic y lo mismo te sobraba. Por si acaso no era todo un despropósito, a la patatas, que es lo mejor del bar, las regaron convenientemente en vinagre de Módena. Nooooooo por favor.
Los primero platos los comimos sobre la bandeja de servir porque no nos pusieron platos. Luego ya se dieron cuenta y nos pusieron uno, pero no nos lo cambiaron así que comimos el secreto en un plato manchado de la salsa del rabo de toro.
Visto lo visto decidimos huir de ahí sin pedir postre, solo con un café. Los platos no son caros y es un restaurante más o menos económico, de un precio medio de 25€ pax. Nuestro pedido para dos no llegaba a los 45 euros sin postre y dos Coca-Colas; en El Tenedor hay ofertas de descuentos al 50% sin condiciones.
Espero que mejoren y no les llegue el tan temido cierre pero mucho tienen que cambiar. En principio darle más viveza y mejorar el tema de la entrada, dejar las mesas listas y preparadas, nada de platos sucios en mesas vacías. Una carta de vinos y que los platos, aunque sean precocinados, salgan, al menos, calientes. Tienen trabajo por delante.
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