Dani: La Brasserie de Dani Garcia en el Four Seasons

Dani García decidió cerrar su restaurante de Marbella justo un año después de conseguir la tercera estrella Michelín. Colgó el delantal de la alta cocina para crear un imperio de restaurantes con su nombre y su esencia. A los ya existentes Bibo Marbella y Bibo Madrid le siguieron otros 4 en Ibiza, Tarifa, Soredicht (Londres) y en Doha con el concepto de afterwork, tapas y elegancia. También ha abierto dos Lobito de Mar, en Madrid y Marbella con el concepto de taberna de tapeo, más informales pero con el sello de Dani. Leña, otros dos en las misma localidades, especializados en brasas. Smoked Room, en Madrid y en la misma ubicación que Leña, un Fire Omake de 14 comensales donde te pones en manos del cocinero para degustar un menú de brasas, humo y maduraciones.

Pues además de todo esto, en Madrid, tiene un quinto restaurante: Dani Brasserie, en la terraza del hotel Four Seasons. Un espacio inigualable, con unas vistas de la capital impresionantes y un restaurante que debería apuntar más alto pero presenta muchos fallos.

La carta es variada. Quizá un poco falta de esencia ya que presenta alguno de los platos más famosos de sus menús tres estrellas y buenos productos, complementada con ensaladas, hamburguesa y carnes. Destaca el apartado de platos de atún de Barbate. Para nuestra comida elegimos:

- Tortilla de Bacalao al pil-pil. Un plato recomendado pero que era un poco tosco y que no aporta mucho a la cocina española.

- Tomate Nitro y gazpacho verde con tartar de quisquillas. De su menú de 2.017 es quizá uno de sus mejores y más bonitos platos. Un tomate seco con pimiento, nitrogenado en un molde con forma de tomate en un suave gazpacho verde que, con el tartar de gambas, tenía un sabor espectacular.


- Duck Pie. Hojaldre relleno pato guisado. Un plato riquísimo aunque demasiado caro para lo que es.


- Láminas de o'toro de Barbate. Atún de barbate en láminas con aceite de oliva y soja blanca. Sencillo pero intenso. Este plato se ofrecía en su menú triestrellado de 2.016. Lástima que viniera después del pato ya que, al ser frio, pegaba menos. Este es uno de los fallos que comentaremos en la sección de "errores".


- Ecleir de chocolate y almendra con helado de chocolate con leche. Con un toque amargo, delicioso.

Pero no todo es bueno y tiene muchos errores que no debería cometer un restaurante así:

1.- Funciona con turnos. A pesar de ser grande y no estar lleno, te avisan de que el uso de la mesa es de 1:45 horas. No puedes pagar más de 75€ por persona por comer sin relax.

2.- El servicio es muy difuso. Es lento y despistado. Media hora después de entrar, y a pesar de tener la mesa por tiempo limitado, aún no nos habían preguntado si queríamos algo. Ni teníamos el menú. Nos lo trajeron, mientras decidíamos pedimos un cava que no llegó. Ya casi con la comida en la mesa nos preguntó, el mismo camarero, si queríamos algo de beber (sic).

3.- Como pierden tanto tiempo hasta que te atienden luego los platos llegan a pares. Y sin cambio de platos ni de cubiertos te tienes que tomar el tomate nitro y la tortilla. Los segundos llegaron en un orden peor, primero la carne antes que el atún.

4.- Los precios en los platos están algo subidos de precios pero el de los completos rozan lo impúdico. El agua (caliente) a 6€, el café a 7€ y la copa de Cava a 14€. Exagerado para un Gran Reserva Mestres Coquet. Más de 40€ de una cuenta de 160€ se fueron en esto!

Por poner algo positivo están las impresionantes vistas de Madrid y el poder probar alguno de los platos de Dani, aunque sea en modo pret-a-porter. Una experiencia para probar pero no para repetir. 


Comentarios