martes, 3 de marzo de 2020

Cocido Madrileño XXVI: El Café de la Ópera

Vamos a ser breves porque no merece la pena perder mucho el tiempo. Ni el vuestro ni el mio: si tenéis otra opción de reservar en uno de los 10 primeros de esta lista no vayáis a este. Fin....

Bueno. venga, va. Os contamos un poco más. Como cada año por estas fechas, entre febrero y marzo, se celebra la Ruta del Cocido Madrileño. Una ruta que va por la décima edición y que componen casi 40 locales de Madrid. En esta ocasión visitamos El Café de la Ópera, al que le teníamos ganas, por ser un habitual de la ruta, tener una ubicación perfecta justo al Teatro Real y ser famoso por sus cenas cantadas donde te amenizan la comida con un repertorio de ópera.

El local, al menos en el salón que se ve desde la calle y donde nos sentamos, tiene pinta de cafetería de hotel y cuenta con un servicio cordial, un poco más familiar o campechano del esperas en un sitio así, pero correcto en cualquier caso.

 El menú de cocido que te proponen tiene un precio de 22 euros o 27 si lo pides con postre y bebida. Tiene un punto muy muy bueno en cuanto al coste si vas con niños y es que no te vienen con el tema de medio menú (y te cascan 15 euros por una ración que no se come ni un adulto) o con el de pide una sopa para ellos (que para mi es la mejor opción pero a veces se pasan de precio por la "sopa"). Aquí yendo cinco y dos de ellos niños lo pusieron muy fácil "ponemos cocido para 3 y da para que coman los dos pequeños". Y dio, pudimos tomar todos sopa, repetir y comer bien. Eso cuanto a cantidad, claro, porque si hablamos de sabores... El cocido viene en dos vuelcos, antes del primero te sirven unas croquetas de cocido muy buenas

La sopa sosita tirando a aguada ¿sabéis eso que hacen los niños de echarle agua para enfriarla en el comedor del cole? pues el cocinero debía pensar que estaba en un comedor escolar. Había que darle bien a la guindilla y a la cebolla para darle un poco de gracia


Con una sopa tan floja el segundo vuelvo lo preveíamos igual pero era un poco mejor. No muy potente, el mayor sabor lo tenían las verduras y algo el garbanzo, castellano, que tenía el punto de cocción perfecto. El resto del vuelco: morcillo, jamón, chorizo, tocino, gallina y como punto extra costilla. Todo de una calidad media.

Los postres a elegir con el menú eran leche frita, torrija y fruta. Como torrija, que hubiera sido el final perfecto no había probamos la leche frita y estaba de vicio y como sustituto de la torrija una tarta de manzana. Y con esto acabamos la comida, sin mucho que destacar y siendo tan plana que no pasará por nuestra lista sin pena ni gloria.

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