miércoles, 13 de septiembre de 2017

Comer en Puerto Sagunto IV

Como casi todos los años siempre pasamos unos días en "El Puerto" y como cada año siempre destacamos que su gastronomía no está nada mal. Un pueblo que en unos años pasó de tener solo "Bocaterías" a una amplia variedad de locales. Os contamos las novedades de este año y aprovechamos para retocar la entrada de nuestros favoritos para comer en Puerto de Sagunto:

Entre las novedades:
- La Mar Salá: CERRADO, a penas ha durado un año, ahora es Cabo SUR. Primera novedad de la temporada. En plena Avenida de Mediterráneo está este nuevo restaurante, grande y cómodo. Con una decoración dedicada al mar y una carta de cocina mediterránea, corta pero compensada. Con buenas propuestas en entrantes, pescados y carnes, un apartado para ensaladas y hamburguesas de carne, lentejas o pollo. Nosotros probamos un pata de pulpo bien preparada, una picanha (corte brasileño de carne de vaca) que estaba algo duro y unas bravas con ali-oli verde y salsa romescu que realmente merecieron la pena, no eran unas bravas al uso pero tanto en la fritura como en la salsa nos encantó. Todo con una coke, una botella de blanco Noia (15,10€) y de postre un café bombón y una "Isla de Mango, Queso y Fresas" (en los postres es donde más cojea la carta) salió por 55 euros



- La Parsimonia: Cerrado, otro que ha durado apenas un año. En la calle Isla de la Toja, la calle de los bares, ha abierto este nuevo local dedicado a la comida de mercado, en modo slow-food y en plan tranquilo. Y eso es lo que intentan transmitir con una decoración en tonos pastel, como de casa de hippies californianos y con un servicio muy agradable y sonriente. Lo mejor de la decoración es la pequeña barra donde preparan embutidos y las latas. Y es que uno de los fuertes de la carta son las latas y conservas, también ofrecen embutidos y una gran variedad de quesos. Otras opciones son hummus, taboulé y algo, poco, de cocina. Una carta muy original para lo que se ve en la zona. Nuestra comanda se compuso de sardina ahumada, anchoa, cono de crema cantábrica, bravas tres salsas, hummus, jamón ibérico. Con un agua, 4 vinos blancos y un café: 51,20€. Al poder pedir latas, tapas o algún pincho por unidad el precio final es muy ajustado y permite pedir mucha variedad, como hicimos.




Paellas: Y en nuestro tradicional apartado de paellas esta año dos menciones. Una para Alfonso, uno de los más famosos del lugar por su veterania y su ubicación. Últimamente nos venía fallando y este año que volvimos, nos tomamos una paella que estaba de vicio. Una valenciana para 5 de la que comimos 6, con bebidas y unas tellinas salió por algo menos de 100€

El otro sitio que hemos probado no estaba en el Puerto, sino en Canet d´en Berenguer, una población colindante. El local elegido fue Sabor de Mar, un sitio que parece más pensado para el turista que para el cliente habitual. El servicio es desganado y tuvieron un feo detalle ya que un comensal se cayó de la cita y llamamos para avisar a las 11 de la mañana, negándose a bajar el número de raciones con la excusa de que estaba marcado. Al final la paella estaba realmente buena pero algo más caro que en otros restaurantes de la zona (para 6 personas la paella son unos 80€)

miércoles, 6 de septiembre de 2017

Atlántico Casa de Comidas by Pepe Solla

CERRADO

Desde hace algo más de un año se pueden degustar los platos de Pepe Solla en Madrid, de la mano de su "Atlántico". Está el restaurante, Atlántico Casa de Comidas en la calle Velázquez y hay dos locales más, "Atlántico Casa de Petiscos", más informales, en Menéndez Pelayo y otro en Plaza Porta de la Mar en Valencia.

Reservamos para cenar en Madrid en el mes de Agosto, en horario casi infantil (a las 20:30) y el local estaba vacío.

La decoración, marinera y cuidada, acorde a la temática y los platos que se servirán. Tal vez por la hora, el servicio correcto aunque un poco desordenado, con demasiado tiempo de espera para pedir, o el pan (gallego, fantástico) que llegó una vez terminado el primer entrante.

La carta tiene como base el producto gallego, con toques exóticos, no siempre del todo acertados. Pedimos:

- Bonito en agridulce de pimentón y algas: El pimentón era picante, y escondía en exceso el sabor del bonito.

- Pulpo a la llama con curry verde: Regular. A mi parecer, un producto como el pulpo admite pocas variaciones sobre lo tradicional

- Ración de empanada del día: Tradicional, aquí sí, y muy buena. Por ponerle un pero, tal vez podrían servirla un poco templada.

- Bacalao con pakchoy, papada y caldo de jamón ibérico: La combinación del caldo de jamón con pescado ya la habíamos probado en alguna ocasión. Combina bien.

- Pechuga de galo celta, garbanzos y aguacate: Nos advirtieron anteriormente de que la pechuga venía poco hecha, por estar marinada, pero a nuestro parecer, estaba en su punto.

Para rematar, para mi gusto, el mejor plato: "Me pierde el chocolate". Acertadísimo nombre para un postre abundante que agrupaba chocolate en todas sus variantes y texturas. Fabuloso.

Éramos dos con un niño y aunque parezcan muchos platos, las raciones eran pequeñas y no sobró nada. Al final, una cuenta no barata (95 €) por una comida con sabores peculiares.

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