martes, 30 de mayo de 2017

La Salgar - Estrella de Nacho Manzano en Gijón

Después de nuestra experiencia un poco regular en Casa Marcial y lo contentos que salimos del restaurante Gloria, teníamos pendiente visitar La Salgar, también de Nacho Manzano, en Gijón.

El local es precioso, junto al Molinón y la Feria de Muestras, con vistas al Pueblo de Asturias, Desde todas las mesas se puede apreciar, a través de la enorme cristalera, los horreos y casas de piedra. Vistas estupendas.

Como íbamos con los niños, para evitar alargarnos demasiado, decidimos comer de carta. Nos costó bastante decidirnos sobre todo en los entrantes. Queríamos pedirlos para picar y, eran apenas cinco platos donde elegir, uno de los cuales era fabada, difícil de compartir, por lo que apenas nos quedaron cuatro. Los otros apartados de la carta (carnes y pescados), tampoco eran más amplios. Tres platos de cada tipo. En contrapunto, la carta de vinos es amplia, muy muy amplia, con posibilidad de pedir gran variedad de sidras, hasta por copas.

Por cortesía de la casa, unos ricos aperitivos, empezando con mantequilla salda, siguiendo con líquen de algas, piel de bacalao crujiente con mojo rojo y una especie de foie en sandwich con oblea.



Finalmente nos decantamos por:

- Croquetas de jamón: Un obligado en casa de Nacho Manzano, y no nos defraudaron. Prácticamente líquidas y sabrosas. Soberbias y abundantes.

- Alcachofa, almejas y crema de algas. Muy buen plato, con unas almejas tamaño XL fabulosas y abundantes, con crema de puro mar. Una de las anécdotas del día vino con este plato. El plato consiste en 3 alcachofas y como éramos 4 adultos, nos ofrecieron traer una más. En la cuenta figura 1,33 uds de alcachofa servidas.

- Espárragos a la brasa con yema de huevo y carrilleras de salmón. Desproporcionado el precio del plato, (24 €) para lo que era.

Entre los platos principales elegimos:

- Ensalada de merluza con su holandesa y huevas secas: Muy bien cocinada, y la salsa de lechuga aporta originalidad al plato

- Lubina a la sal con té de alcachofas: La lubina en su punto, pero el té de alcachofas no destacaba demasiado.


- Arroz con pitu de caleya: Probablemente el mejor que hayamos probado nunca. Arroz muy sabroso y en su punto.

- Pitu guisado al estilo de mi madre con el ravioli de sus menudillos: También exquisito, con fondo de intenso sabor

De postre tomamos una ensalada de chocolate. Un postre precioso, pero sobre todo, riquísimo. Varios tipos y texturas de chocolate acompañados por frutas variadas y aguacate, que combinaba fenomenal.

Para acompañar los cafés, nos trajeron unos dulces con atrezzo rústico, muy acertado para el ambiente en el que nos encontrábamos.

Al final, con solo un postre, un par de copas de Albariño (Chan de Rosas), una copa de cava y una copa de sidra, salimos por algo más de 50 €/por persona. El menú saldría por 76€. No es caro para ser un estrella Michelin, y la comida estaba buena, pero le falta un poco de variedad, servicio y tal vez creatividad.

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