domingo, 29 de mayo de 2016

De tapas por Murcia

Llevábamos sin pisar Murcia unos diez años. En nuestra anterior visita, en los tiempos Pre-blog, vimos que era una ciudad con bastantes bares y ambiente pero donde no triunfamos mucho. Así que ahora, aprovechando que teníamos guía, volvimos a Murcia de tapas... a desquitarnos de aquella visita.

Para poneros en situación, unos puntos a tener en cuenta:
- No hay una zona típica de bares, el centro entero es el área de tapeo (zona gastro). En cada esquina, calle o callejuela hay bares pero sobretodo en las plazas, llenas de terrazas. Por los alrededores de la Catedral, Vara del Rey, Santa Eulalia o, como no, la conocidísima Plaza de las Flores.
- El tapeo es más de sentado. Y, con el buen tiempo que suelen haber, principalmente de terraza. Pero hay un tapeo de barra que es muy curioso y es por fuera de los bares. Las ventanas se convierten en barras exteriores con acceso a los camareros. Genial.
- Por el tipo de tapa: es variado. Desde la caña+tapas que ronda los dos euros, a la tapa que parece un plato (y te cobran como tal), pasando por la tapa "gastro" de 4/5 euros o, incluso, en algunos sitios tapa de cortesía.
- Por último y muy importante: Murcia es una ciudad echada a la calle, hay gente, mucha gente, en bares, restaurantes y terrazas por lo que ármate de paciencia y si queréis probar algún lugar en concreto, aunque sean tipo bar, como se tapea tipo restaurante, lo más recomendable es reservar.

Y como todo está más o menos cerca, nos pusimos a patearnos la ciudad. Lo hicimos sin orden ni concierto pero lo ordenaremos por zonas ;) indicando algunos normaluchos y algunos que consideramos imprescindibles:

Zona de Vara del Rey y alrededores

- La uva Jumillana II (Calle Balsas) parecía un bar tipo low-cost de los de caña+tapa por 2€ pero, en este caso, de tapas típicas de Murcia y de más calidad. Dos Coca-Colas, un agua y una caña con tapas de pincho de salmorejo, pepito de ternera, chips de berenjena y croquetas por 9,5€. Mucha gente y muy buen ambiente.

La tapadera, aunque la situación de su terraza no es muy buena, está en una esquinita entre Vara del Rey y Saavedra Fajardo, es uno de los imprescindibles. Es tipo "gastrotapas", con una carta muy original de la que catamos: sardina sobre coca de pimientos y espuma de bloodymary, lingote de pato con palomitas, dos croquetas (picantonas) de michirones y un kebab de secreto. Todo con una mousse de chocolate y tres vinos por 27,4€.

Zona Catedral:

- Mesón La parrilla. Pequeño y no muy llamativo, tiene fama de ser de los bares más baratos de Murcia. Anuncian caña y tapa por 2 euros pero, además, como es un mesón Salmantino hicimos un mix un tanto raro: una marinera, una de las tapas típicas de la ciudad (junto con los caballitos) consistente en ensaladilla sobre pan y una anchoa; y por aquello de estar en un salmantino pedimos un farinato (tapa típica de Salamanca) con 3 huevos. Esto, con tres cañas por 10,5 euros. Está bien de precio pero es prescindible.
 

- La tienda de Susano ultramarinos: un bar, con bonita decoración, como una verdadera tienda de ultramarinos. Además uno de los que ponen tapa de cortesía donde, además, pedimos unas croquetas, tomate de temporada con bonito, salchichas repizco, con un tinto de verano, agua y dos vermús (también típicos) por 22,3€. Uno de los que no te deberías perder.
 

Plaza de las Flores

- La torre de las flores: como su nombre indica, en la Plaza de las Flores. De tapeo más bien racionero nos pedimos un saquito de bacalao, un bacalao con tomate y una marinera, dos cokes y una caña por 25,6€. Carete, lo que más subió la cuenta fue el bacalao: 12€
 

Otras zonas:

- Cervecería Hermanos Romero: ni lo anotéis. Es un bareto normal junto a la plaza de toros al que llegamos después de ir a la Plaza Santa Eulalia y todo lleno, la Candelaria igual. Ya puestos nos acercamos a la Plaza de toros, a probar un bar que nos habían recomendado en sus bajos, pero estaba cerrado así que, muertos de sed, aquí paramos y pedimos un tinto de verano, un blanco, caña y 3 caballitos, la otra tapa típica de la ciudad que no es más que una gamba gabardina, por 8,20€

- La parranda taberna: este si, anotadlo porque es de lo mejor. Junto a la Plaza de San Juan, se encuentra esta taberna donde hicimos bien en reservar porque a los pocos minutos de sentarnos se empezó a llenar y se formó cola en espera de hueco. Tomamos unos chipirones encebollados, pequeños y deliciosos, patatas asadas al estilo Pepe Guillén con el que dicen "mejor ali-oli de Murcia", zarangollo (un tipo de revuelto Murciano), una minihamburguesa y un montado de solomillo con foie. De postre unos paparajotes, un postre típico de la zona: hojas de limonero recubiertas de masa y fritas. (Nota para guiris: se come solo lo de fuera, la hoja no ;). Todo con una botella de Verdejo y un agua por 58€
 
Los famosos paparajotes

Para terminar la visita quisimos probar un arroz de la zona, fuimos a Los arroces de los 9 pisos. De camino al mismo pasamos por el Jardín El Salitre donde había una terraza y paramos a tomar el vermú. Muy ambientada pero de tapas muy normalitas tomamos otra marinera (si, otra más) y un mejillón tigre

Y el arroz, en "Los arroces de los 9 pisos". Lo sirven en modo menú, con 7 entrantes para compartir: embutido, ensaladilla, espinacas gratinadas, pimientos asados al sarmiento, setas a la reducción de Pedro Ximenez, pan casero con aceite y sal y huevos rotos con jamón. Los arroces a elegir son: de conejo con serranas, pollo campero, verduras de la huerta murciana, a banda o negro. Los entrantes no están muy currados pero el arroz, en nuestro caso, de pollo campero estaba espectacular. El menú, con la bebida incluida, nos salió por solo 25 euros por cabeza.

jueves, 19 de mayo de 2016

Urogallo Casa de Campo

No somos muy de comentar restaurantes de este tipo que son medio cadenas pero en este caso vamos a hacer una excepción por una sencilla razón: el local de Casa de Campo está bastante bien para comer con niños y con buen tiempo es un muy buen sitio para comer.

Urogallo son los restaurantes de un grupo de asturianos que hace unos años iniciaron su andadura en la capital y ya tienen tres locales: Casa de Campo, Paseo de Florida y Pozuelo. Se ganaron la fama por el tamaño de sus tapas y de sus platos, si estás en Asturias esas cantidades son normales, pero en Madrid no tanto, por lo que rápidamente se hizo muy famoso. El de la Casa de Campo, además, está en una zona muy buena, junto al Lago y entre que lo han habilitado muy bien con barriles y sus buenas tapas, está siempre lleno a la hora del vermú.

Hemos estado un par de veces, ambas quedamos a tomar una cerveza y acabamos sentándonos en una de sus mesas de la terraza. El local, como tal, no tiene algo concreto que lo defina como para "Comer con niños" pero al estar al lado del lago y en plena Casa de Campo siempre puede coger un mesa en terraza y dejar a los más pequeños corretear por ahí con toda la tranquilidad del mundo. Tiene varias zonas, la de barriles para el tapeo, el salón-terraza con reserva  (en fin de semana más o menos con un mes de antelación) y terraza que va sin reserva, por orden de llegada y que siempre se llena (pero si vais pronto es fácil encontrar sitio).

Como inicialmente no íbamos a hacer entrada de blog no hicimos fotos pero os aseguramos que las raciones eran grandecitas. En nuestro caso pedimos:
- Ensalada César (14€)
- Especial Urogallo: patatas con huevos, pimientos y jamón (18€)
- Sepia: bastante bien preparada (13,5€)
- Chipirones (15€) también muy bien como la sepia
- Chuletón de Carne roja para 3 por 55,50€ (la ración de dos cuesta 40,5€) un plato enorme del que comieron 4 adultos y lo sobró. Lo traen laminado, para comer a la piedra y la carne es de bastante calidad.

Mención especial a los postres. Espectaculares todos como la Panchineta Rellena de crema, la tarta de profiteroles o el Goloso de Chocolate. Todos entre los 5,5 y los 6 euros



El ticket medio sale por unos 35 euros. La primera vez, con una botella de Albariño Martin Codax y un par de aguas, terminando con un solo postre y un par de pacharanes que también eran de un tamaño considerable: 140 euros para 4 adultos y 2 niños. La segunda con con varias bebidas y cafés, más dos postres: 200 euros para 6 adultos y 1 niño.

Una buena opción para una comida buena y tranquila, muy relajada, ya que atienden con toda la parsimonia del mundo. Las dos veces estuvimos allí sentados más de 3 horas tan a gusto.

miércoles, 11 de mayo de 2016

Montia: La cocina de los druidas

El restaurante Montia, desde que hace un par de años conquistara su Estrella Michelín, se ha convertido en uno de los más difíciles de reservar en Madrid; algo entendible una vez visto su tamaño, apenas 6 mesas y 20 comensales por servicio. Pero también comprensible una vez probada la propuesta gastronómica de los dos jóvenes chefs Daniel Ochoa y Luis Moreno, una cocina original y diferente, una propuesta sencilla: traer la montaña hasta tu plato.

Viendo las andanzas de los dos cocineros en su Facebook, yo me los imagino como unos druidas que pasean por la Sierra Madrileña buscando plantas para introducir en sus platos. Y hablando de su Facebook, un truco para no tener que esperar la lista de espera de casi 3 meses que tienen es seguirles, casi cada semana tienen no-shows que no se presentan al restaurante (imagino que por estar en la Sierra), y anuncian que tienen la mesa libre a través de esta red social. 

El local, sencillo y coqueto, se encuentra escondido en unas callejuelas de la parte alta de San Lorenzo del Escorial. Un sitio curioso para un Estrella, pero más curioso es que la guía francesa, tan cuadriculada, le dé un galardón a una cocina de este tipo. Una cocina basada en el producto de cercanía, en las plantas, la caza y las setas. Muchas setas. De sabores intensos, a mi me recordó, en ciertos momentos a Viridiana. Aunque con toques más sutiles. 

No hay carta, los platos varían en función de los productos de temporada de la sierra madrileña. Te ofrecen 3 menús, el corto de 5 aperitivos, 4 platos, degustación de quesos y postre por 40 euros. El largo de 7 aperitivos, 5 platos, los quesos y dos postres por 52 euros y el XL que tiene un plato más y cuesta 58 euros. Tampoco hay carta de vinos, te ofrecen un maridaje (entre 22 y 28 euros más según el menú) o la opción de cenar a vinos por copas. Una opción que también es interesante ya que te sirven el vino que consideran más apropiado para los platos y te servirá para probar propuestas que nunca tomarías en otros lados como Táganan, un blanco de Tenerife o Sade, de Cebreros.

Y tras comentar con el Chef que no comíamos queso y que no íbamos muy hambrientos nos decantamos (más bien eligió él) un menú largo. Y comenzamos los platos, todos servidos a buen ritmo y explicados en su mayoría por los propios Chefs. Los primeros tres aperitivos vinieron juntos (aunque en la imagen solo veréis dos porque el hambre pudo más que la foto): flan de trompeta de la muerte, bullabesa y una croqueta de conejo.

Tras esto, el primer plato: Revuelto de caza‎, seta y escabeche. Explicaban los platos a tal velocidad y con tanto detalle que no pudimos apuntar el tipo de seta, ni en este ni en casi ningún plato. Aunque estaba bien, el escabeche, a mi gusto, tiene un problema: siempre sabe igual y todo coge un gusto parecido.

Después otro aperitivo. Lo llamaban interludio por ser el aperitivo previo a un plato. Este Interludio 1 fue una mousse de foie con liebre, chocolate y almendro. Flipante si te gusta el foie.

El segundo plato, un revuelto de huevo con espárragos, almendras y setas. El huevo, que nunca puede fallar en un menú Michelín y que estaba delicioso.

Interludio 2: una tosta de cerveza negra con tocino ‎y paté de perdiz. Una verdadera delicia y uno de los mejores platos de la noche.

Como tercer plato nos sirvieron una caballa a la plancha con consomé de gallina. Ahí hay un poco de show, cogiendo una ramita de tomillo del centro floral de la mesa y que nos había pasado desapercibido, para infusionarlo en el caldo mientras van preparando el resto del plato.

Con el cuarto plato pasamos a las carnes, empezando por un corte del tipo entraña de vaca, de Ávila, con crema de remolacha

Interludio 3: goulash de carrillera de ternera. La carrillera servida en pan como es tradición en Hungría, la madre patria de este plato.

El quinto y último plato fue una albóndiga de búfalo. Sí, parece que hay búfalos en España y por lo rica que estaba la albóndiga son bastante sabrosos.

En este punto se pasaba a una degustación de quesos pero al no gustarnos nos los sustituyeron por unos callos. Algo ligerito, para bajar la comida antes de los postres.

El primer postre fue una mandarina con hinojo. La mezcla de sabores era curiosa. 

Antes del postre final vino el interludio 4 (séptimo aperitivo). Un cucurucho de pera y queso que fue el único "pero" de la noche ya que habíamos comentado al principio de la cena que no comíamos queso y, al decirlo de nuevo, cambiaron uno de los cucuruchos por otro sin queso, pero solo uno ¿? al decirle que era los dos se fue a preparar otro sin queso pero no debió sentarle muy bien porque empezó a criticarnos por detrás de la pared sin darse cuenta de que la pared era... de tela. Sí. Y se oía todo.

El último postre consistió en un arroz con leche preparado con arroz inflado, leche de cabra y helado de berros... la leche tenía un sabor potente y el helado de berros curioso lo que hacía una mezcla que quizá no sea gustosa para todos los paladares.

Y es que Montia es un sitio especial pero quizá no sea apto para todos los públicos. Lo fuerte de alguno de sus platos, las setas, foies, leches y quesos puede hacer que para algunas personas resulte una propuesta un poco complicada. Eso si, es muy muy diferente a todo y tiene unos precios más que ajustados. En nuestro caso los dos menús y 4 bebidas no llegó a 120 euros. Más que barato por probar uno de los Estrella Michelín más de moda en la capital.

Web: http://www.montia.es
Teléfono:  911 33 69 88

viernes, 6 de mayo de 2016

Lakasa de César Martín

El próximo 10 de mayo reabre Lakasa en su nueva ubicación de Santa Engracia (Plaza del Descubridor Diego de Ordás) y aunque esta crónica es de diciembre de 2015, un poco antes del cierre del local de Raimundo Fernández Villaverde, puede serviros para ver que delicias se comen en este lugar.

Llevábamos tiempo leyendo acerca de la excelencia César Martín y tuvimos varios intentos para reservar en los últimos meses. Finalmente, reservando con un par de días de anticipación, conseguimos cenar un sábado por la noche.

El local antiguo, según entras era oscuro, probablemente consecuencia de los colores de la casa (negro y rojo) aunque una vez dentro, no se aprecia en ningún momento falta de luz. Las mesas están bien iluminadas y bastante juntas entre sí. Era llamativa la forma redondeada del local.

Nos sentamos en una mesa pequeña, para dos, junto a la cocina y nos entregaron la carta. Llena de cosas apetecibles y lo mejor de todo, disponibles en medias raciones. ¡Nos encanta este detalle que, afortunadamente, cada vez se ve más! Te permite probar mayor cantidad de platos sin desperdiciar comida.

Empezamos la comida con un pequeño aperitivo de cortesía y pedimos un par de anchoas. Grandes, bien limpias, estupendo inicio.


Media ración de mejillones de bouchot al vapor. Mejillón pequeño, de sabor increíble y un tamaño de ración que nos hizo quedarnos con la duda de si se habrían equivocado y nos habrían puesto una ración entera.

Media ración de pizza "Tumaca", con jamón tomate y aceite. Aquí hubo un error lo que cortó el ritmo que hasta entonces había sido muy bueno en la cadencia de los platos. Nos sirvieron una pizza "Antony", definida como "pizza de quesos con potencia". Ofrecimos que quitaran el plato y no nos sirvieran lo pedido, pero finalmente, llegó lo solicitado.

Merluza de pincho asada con verduritas y crema de chirivía. Merluza muy fresca y perfectamente cocinada.

Ají de pato azulón con huevos de codorniz pochados y arroz salvaje. Plato muy diferente, con sabores muy intensos y el toque del huevo, fabuloso.

De postre, el remate final: media ración de "Lakasito". Fabuloso. Chocolate a la máxima potencia, como debe de terminar una buena comida. Y tamaño perfecto para compartir. Nos quedó de nuevo la duda como sería la ración completa.

Acompañamos la cena con un cava "Llopart". Además, botella de agua y un café, salió por 91 €.

En definitiva, salimos encantados, comprendiendo el por qué de su fama y, cuando unos días después leímos que se trasladaban, nos alegramos porque tendremos que volver :)

Web: lakasa.es
Teléfono: 915 33 87 15


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