Con Capritx nos ha pasado algo parecido. Siendo su cocina mucho mejor que el anterior estrella que probamos allí (Comerç24, que cerrará temporalmente el 1 de enero de 2.016) no levantó muchos aplausos e incluso, y a pesar de venir de tapeo previo, nos quedemos con algo de hambre. El menú era sencillo, no es caro y los platos, sin ser complejos, eran muy equilibrados. Siete platos y dos postres por 65€ servidos en un pequeño salón de 5 mesas donde caben unos 14 o 15 comensales.
- Mi-Cuit de bacalao. Suave y sabroso pero muy normalito
- Hinojo con brandada agria-ahumada y sésamo Umeboshi. Tampoco terminamos de pillarle el gusto
- Atún rojo con módena y vegetales de tártara. Muy buen plato, preparado con un muy buen producto.
- Salmorejo de gambas de Palamós
- Tártar de ibérico de bellota, higos y jalea de vinagre. Delicioso, de lo mejor de la noche
- Aguja de buey, islay y mazamorra de pan de especias
De los postres apenas guardo recuerdo.. y hace menos de dos meses de la visita. Síntoma de que no era muy reseñables:
- Espuma de almendras con sorbete de ciruela amarilla y aceite de oliva
- Melón Marialuisa con Karlsson's Gold, lima y limón
La comida, con 4 menús y 4 botellas de cava salió por 424 euros. La impresión general de los comensales, gente de buen comer y muy buen gusto, fue que el menú se queda corto, que ya cansan tantos menús largo-minimalistas con platos minúsculos pero que la comida era muy buena. Le dieron un 7 de nota general y nos fuimos tan contentos.
Para mi es una buena opción si estás en Terrassa, el menú es asequible y los platos están bien diseñados pero no merece la pena un desplazamiento a esta ciudad para probarlo.
Son lugares tan arriesgados que tienes que tener claro a lo que vas. En cualquier caso, siempre son experiencias que te permiten valorar mejor otras opciones.
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