domingo, 31 de agosto de 2014

Dónde comer en Dénia

Actualización 2.018:
Unas tranquilas vacaciones de agosto. Destino Dénia. Imaginábamos los típicos locales playeros con sus pizzas, sus platos combinados para guiris y su baja calidad y, al final, la ciudad nos ha asombrado con una población repleta de locales, mucho y variado ambiente y con una altísima calidad... Hemos de decir que volvimos sorprendidos de la variedad, decoración y la comida de los restaurantes.

Tanto nos sorprendió que hemos repetido vacaciones en esta misma ciudad y aunque ya hemos visitado varios locales es imposible conocerlos todos por lo que esta entrada no espera ser una guía sobre la ciudad sino solo unos pequeños consejos sobre dónde comer en Dénia... una ciudad donde te encontrarás desde locales con tres estrellas como Quique Dacosta hasta baretos de pescado... hay de todo y muy bueno si sabes separar la paja del grano. En la ciudad hay dos zonas principales a conocer:

Calle Loreto. Una calle estrecha al lado del ayuntamiento. En cada metro, un local distinto y con unas decoraciones de lo más llamativa. La calle puede recordar a alguna calle de tapeo castellana aunque aquí debes olvidarte de la caña en barra, son todos restaurantes o de raciones. Merece la pena entrar en los de tapas típicas ya que tienen un toque creativo que los hace muy originales. Nosotros probamos "Els Tomassets" donde pudimos tomar unas gambas (a la plancha, la cocida no la tenían), un tomacat (era un plato de la zona consistente en pisto y atún seco), Sepia a la manera de la Vidrio (al ajillo) y Ceba torrada campusos (Cebolla asada con anchoas). Con bebidas y cafés salimos a menos de 40 euros.


"Ca Pepa Teresa", fuimos buscando algo parecido al Tomassets. Y lo encontramos aquí; una vez dentro vimos que si, que era parecido... pero demasiado. Resulta ser un local del mismo grupo (Grupo Cervera) y por lo tanto con demasiadas coincidencias. Íbamos con ganas de darnos un buen homenaje así que pedimos gamba rallada de Denia, pero oh!, no tenían y nos ofrecieron gambas al ajillo a cambio (igualito). También pedimos un Cava Gramona Imperial, pero oh!, estaba caliente y nos ofrecieron a cambio un Marina alta (igualito). Nos dimos cuenta que aquí el servicio se dividía en 3 tipos de camareros: los que trabajaban, los que paseaban mucho y los novatos. De todas formas el sitio está bien y la comida realmente buena. El pan, servido con tomate y ali-oli, te encantará. Pedimos, para 3: un coca de atún, una sepia al estilo de almadraba, una fritura de pescado, gambas al ajillo, tomacat de atún (una especie de pisto riquísimo). Con pan, bebidas y un café salimos por 58 euros. Como veréis es un buen precio.

"La Seu", un gran restaurante, no muy barato, con una impresionante diseño arquitectónico. Tres plantas, en la baja decoración que invita al tapeo más informal, la segunda, más elegante y una tercera con los baños y con vistas a la baja. Este restaurante también pertenece a la familia Cervera y llegó a tener estrella Michelín. Aquí probamos una coca de bacalao, figatell de sepia (una especie de hamburguesa de sepia riquísima), Tortilla de patatas (versión patata en tempura con huevo y puré, nos decepcionó un poco), pulpo a la brasa, pepito de solomillo y tallarín de calamar. Con pan y ali-oli, 2 copas de vino Verdejo (carillo a 3€ cada copa) y agua por 70 euros.





Pero en esta calle hay mucho más, mucho donde elegir. Como el "Miguel Juan", con su aspecto de bar de toda la vida. Que de hecho lo es ya que es el bar más antiguo de Denia y data de 1.929 aunque en los últimos tiempos algo ha cambiado. Ahora tanto en la cuenta como en la carta pone de nombre "Sempre MJ" y esta última tiene otra pinta, una cierta sensación de que el local ha pasado de ser un clásico a estar gestionado por un grupo gastronómico y la calidad no es tan alta como en otros locales de la misma calle. Tiene altibajos en las preparaciones, de tapas pequeñas pero económicas. Nosotros probamos la ensaladilla (5,5€), sepionets (9€), albóndigas (6€) y el plato más original, los huevos con sardinas. Está preparado con sardina en salazón, todo mezclado, y el sabor es muy intenso; no apto para todo el mundo. La cuenta con dos cokes, dos aguas y café 42,7€. El local merece la pena por la decoración y por el servicio, ese si, se mantiene muy cercano y de toda la vida.


También pudimos probar, en nuestra tercera visita a la ciudad, Las Bairetas. No está dentro de la calle Loreto pero si cerca del inicio de la zona antigua, en el Carrer de la Mar, justo al lado del tunel del Castillo. El restaurante tiene una decoración exquisita y vende el concepto Slow-Food (aunque no distinguimos la diferencia entre un restaurante slow y uno normal). Nos había llamado la atención al pasar por delante y como en esta ocasión nos los había recomendado fuimos para allá. En teoría tienen arroces y en la puerta había una carta con tapas la mar de apetecibles pero al llegar dentro nos llevamos una pequeña decepción ya que la opción era de menú cerrado (para cenar!!) y que aún no estando mal tampoco era pata tanto. El menú consistía en 3 entrantes a compartir entre una opción de 6: Sushi, Pulpo, Mollejar, Mullador, Hígado de pato u ostras. Probamos el mullador (una especie de escalivada con atún en semi-salazón), un pulpo a la brasa que estaba de vicio y las mollejas que eran normalitos. Principales ofrecían cuatro para elegir un par y como éramos dos comensales pudimos probarlos todos: Solomillo de riñón, una buena preparación, Pollo campero con curry rojo, nada del otro mundo, Bacalao y Merluza con pimientos a la brasa. Ambos pescados estaban aderezados exactamente igual, en la merluza no pegaba pero el bacalao estaba exquisito. Cada menú eran 25 euros y la cuenta, con IVA, una agua y un cava valenciano Pago de Tharsys salió por 80 euros.
 Pulpo a la brasa
Bacalao con salteado de tomate, albahaca y aceitunas negras

Baix la Mar: La zona del puerto y el antiguo barrio de pescadores. Toda la avenida principal está llena de locales entre los que destaca el Peix&Brasses pero lo que más nos gustaron son las placitas. En la Placeta de la Creu los locales son más turísticos pero la pequeña placita, tan acogedora, merece la pena. Nosotros probamos "La Bahía", junto a la plaza Mariana Pineda; nos decidimos por él porque decían "somos pescadores, los pescados más frescos", al final solo era un reclamo había cosas muy ricas como las colas de rape, normales como las sardinas o malas como las Rabas... eso sí, nos salió barato, con bebida menos de 30 euros.

También probamos "El Rasset". Un restaurante más restaurante, es decir, con su punto elegante, su servicio cuidado y una carta bien estructurada de raciones, pescados y carnes. Mientras esperas un pan con mantequilla y unas croquetas llegan a la mesa. Decidimos cenar de raciones y pedimos Tartar de atún, hatillos de calamar, vieras y pata de pulpo a la brasa. De postre unos deliciosos canutillos crujientes de chocolate. La comanda, con agua, Coca-Cola, media de Juvé Camps cinta púrpura (21,40€ nos clavaron por una botella de medio) y un par de cafés superó los 100 euros. Aquí el precio sube más y si os decidís a visitarlo, si es verano, es conveniente reservar. Como sitio está bien, sin más. Las raciones se ofrecen como originales, y lo son, pero no logran despuntar en sabores.

"Mediterrasian" - Queríamos darnos un homenaje en Brases i Peix, el famoso restaurante que hay en la primera planta. Este es de los mismos dueños pero como al entrar no supimos que había que subir y el servicio al vernos con niños no pensaban que íbamos al bueno, nos metieron directamente en el de abajo que es una mezcla de tapas de levante con un toque de fusión y otros platos asiáticos. Pues eso, sushi y ensaladilla en la misma carta que ya, ni es moderno, ni mola, ni yo le veo la gracia. Además el servicio nefasto, incluso borde y parece que te están haciendo un favor por servirte. Para rematar la faena es caro. Por ejemplo, la ensaladilla que está a 9,7€ o los calamares a 12,75€. Bien los segundos timo el primero pero sin llegar al timo de la coca que era una anchoa sobre un trozo de pan y algo de tomate aparte. Rematamos con unas croquetas de hongos, mejillones a la marinera y seis gambas (24€) la cuenta llegó a los casi 100€ con las bebidas (un agua, dos cokes y dos copas de blanco), una mousse de chocolate y un café.

Carretera Les Marines
Dos frases cortas para hablar de un sitio que nos encantó. Nos llevó nuestra familia y pintaba a que iba a ser el descubrimiento del verano ya que el sitio tenía grandes platos, sabores muy logrados y un buen servicio: La Setla - Cuina a l'Almadrava... el problema es que ha cerrado, justo hace un mes, pero no queremos dejar de mencionar la cocina de autor de Miguel y Ximo por si alguien nos lee y sabe si tienen en mente algún proyecto nuevo donde podamos volver a probar delicias como la rosquilleta de bonito

Si vas en verano en casi todos estos sitios es recomendable reservar (como en La Seu o el Rasset) o llegar muy pronto. Es algo incómodo pero es lo que hay: gente y más gente. El único "pero" que le ponemos a la zona es el servicio. No se si estábamos bajo el "efecto agosto" pero en algunos de los sitios que visitamos fue bastante malo con plantones en la puerta de los locales, platos lanzados como frisbis o cuentas mal. Imaginamos que son cosas debidas al verano y a que la mayoría de los sitios estaban llenos porque por lo demás le ponemos muy buena nota a la gastronomía de la ciudad. En la mayoría de los locales se come de vicio. Destacando, por encima de todos: La Seu

Ah!, pero es qie además de raciones hay muchas arrocerías ¿Quieres conocerlas? pues pincha en nuestra entrada especial de arroces en Dénia.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Restaurante Quique Dacosta: Seducción

Aprovechando que estábamos de vacaciones en Denia no podíamos dejar pasar la ocasión de visitar el restaurante de Quique Dacosta. Hemos de reconocer que lo hacíamos con algo de miedo puesto que, al no tener opción de canguro, teníamos que ir con nuestro hijo de 2 años y esto, en comidas tan largas (la nuestra fue de 4 horas) es un poco arriesgado pero, al final, las facilidades que dan en la web hizo que nos animáramos.

El local, con una elegante decoración en blancos, está en una extraña localización, en plena carretera de Las Marinas, una típica carretera de playa, con chiringuitos, pizzerías y quioscos de venta de sombrillas y tiburones-flotador. Eso sí, una vez dentro te olvidas de todo y empieza la seducción.

Primero te ofrecen un aperitivo en terraza, en nuestro caso un Recadero Gran Reserva, y el maître te ofrece una carpetita con un cuaderno de dibujos y reflexiones de Quique (sobre su trabajo y su tierra), una libreta y un lápiz para apuntar lo que quieras sobre los platos y un sobre con los menús. Mientras los analizas y te lo piensas te van sirviendo los aperitivos que son iguales en los dos menús: “Universo local”, con los platos clásicos de Quique y “Tomorrowland”, sus últimas creaciones. Ambos menús tienen el mismo precio (165€+IVA). Como no conocíamos la cocina de este chef nos decantamos por el menú de platos tradicionales del cual ya habían eliminado el queso, sin decir, puesto que comentamos en la reserva y lo tenían presente (buen detalle!). Los menús se sirven en actos y constan de 30 platos, en nuestro caso 32 ya que nos sirvieron dos extras en el tercer acto:

Primer acto: Snacks, servidos en la terraza:
- Coctel de manzana de Oro: un coctel de manzana con gas y un poquito de alcohol que parecía como una sidra.
- Rosa, pétalos de rosa comestibles. Hechos de algo que no pudimos descubrir

- Crujiente de alga   

- Raíces de boletus, hoja seca de maíz y hoja de hierbas de escabeche. Los tres snacks venían servidos juntos en un elegante plato. Al pequeño acompañante le gustó tanto que nos pusieron uno más para él (hay que decir que el trato hacía él fue espectacular en todo momento).

- Tomate encurtido.
- Spaguetti putanesca
- Raïm de pastor. Dos tipos de hojas para comer, una de ellas de kalanchoe, la típica planta de interior con flores y cuyo sabor no nos gustó demasiado.

Segundo acto: mesa de salazones:
- Salazones de pulpo seco y huevo de mújol con un sabor intensísimo
- Papel de salvado de cereales. Para comer a modo de pan y servido en una lámina
- Cebolletas frescas encurtidas
- Higo. Higo seco servido dentro de un papel de obulato para comer de un bocado

Tercer acto: tapas:
- Maria 2.012: un zumo de tomate servido para tomar de un bocado y que explote en la boca
- Nieve de tomate 2.011: uno de los platos que más nos asombró. Autentica nieve con sabor a tomate… increíble la textura lograda.

- Nudo marinero
- Tartar de navajas: dos plato con base la navaja que nos trajeron para sustituir los dos de queso que tocaban (Pesto y Cremoso de parmesano)

- Tiradito de corvina
- Empanadilla de sepia y wasabi. No estaban en el menú, de hecho fue una invitación que nos encantó. Sobre todo el contenido de la empanadilla.
- Ceviche de erizos: este plato suscitó opiniones dispares. Por un lado el intenso sabor del erizo que nos encanta y por otro el cilantro que deja demasiado regusto.

- Taco mediterráneo: un taco de pescado
- Coca de Dacsa: una mini coca finísima con sabor a mantequilla y huevo.

Cuarto acto: Nuestra mesa:
- Cubalibre de foie gras con escarcha de limón y rúcula 2.001: para amantes del foie

- Bruma 2.008: El plato más espectacular, una mezcla de sabores servidos entre humo y toques ahumados.

- Gazpacho de frutos rojos 2.002

- Gamba roja de Denia hervida y té de bledas

- Arroz de anguila ahumada y cerezas 2.006: arroz en su punto con mucho sabor, otro de los platos que más nos gustó.

- Salmonete con perlas de su cabeza 1.999: una mitad nos pareció que estaba perfecta y la otra algo cruda. Nos encantó la primera y fue la única parte que nos comimos.

- Presa ibérica asada a las maderas 2.008: indescriptible. A pesar de ser el último plato nos lo comimos con ansia. Estaba delicioso.

Quinto acto: postres:
- Melocotón de viña 2.010: toques de melocotón, gelatina y helado.

- Pizarras de chocolate 2.009: a nuestro gusto, un gran menú siempre tiene que tener un postre con chocolate y el de este no nos defraudó. Distintos tipos de chocolate a cada cual más bueno.

Sexto acto: la caja. Los petit four que acompañaron al café y la cuenta. Aquí también tuvieron el detalle de servir de más para el niño
- Piedras almendra, trufa, pepita de oro y macarón.

La cuenta, con agua, cava Privat Opus Evolution Gran Reserva y los aperitivos salió por 440 euros de los que se pagan 100 menos porque es importante saber que aquí te cobran por reservar. Es una política que no compartimos mucho pero que se está empezando a extender cada vez más debido al abandono de mesas por parte de los clientes.

Después de varias malas experiencias Michelín hemos de decir que de aquí salimos extasiados y felices. Los platos son de una originalidad y sabor impresionantes, el local te hace sentir muy cómodo y el servicio es muy agradable y profesional aunque, algo que ya hemos visto en otros sitios de este estilo, a medida que se iba cerrando el servicio iban desapareciendo camareros y se descuidaban detalles como terminar la comida sin agua.

En palabras de Quique Dacosta: “Nos gusta seducirte así”…. Y a nosotros nos sedujo.

jueves, 14 de agosto de 2014

Restaurante Arbidel 2014: D.E.M. (Después de Estrella Michelín)

Cuando estuvimos hace un par de años en el Restaurante Arbidel de Ribadesella, salimos tan encantados que teníamos clarísimo que queríamos volver.

Tras recibir su Estrella Michelin 2014, y aprovechando que en el mes de agosto volveríamos a estar por el oriente de Asturias, allá por el mes de Abril, decidimos reservar para no dejar pasar la oportunidad de comprobar cómo le había afectado semejante reconocimiento. Al reservar con tanto tiempo y con flexibilidad de fechas, no tuvimos problema, aunque sabemos que no es del todo sencillo encontrar mesa.

La primera sorpresa, magnífica. En 2012 el menú costaba 29 €. En 2014 y con una estrella, 30 €. Vamos bien. En aquella ocasión el menú incluía el pan, agua, vino de la casa y postre; esta vez no, el pan (de 4 tipos) y el vino se pagan pero tienen muy buenos precios. Volvimos a decantarnos por el menú y a pesar de la ligera variación, el importe total de la cuenta nos salió por exactamente el mismo importe: 40 € por cabeza, con aperitivos, vino y cafés.

De aperitivo, nos pusieron un platito de jamón con panecillos tostados y crujiente de morcilla. Muy rico.

El menú estaba totalmente renovado, sin repetir ninguno de los platos anteriores, aunque sí se podían encontrar en la carta. En esta ocasión volvía a consistir en 4 aperitivos (servidos en esta ocasión en “2 tiempos”) y 5 platos principales:
-        Ensalada líquida de maíz y guacamole: Era el primer bocado y nos dejó un poco indiferentes / Tartar de salmón y algas: Este bocado estaba francamente bueno. Gran acierto por parte del servicio destacar el orden en que deben comerse

-        Brandada de bacalao, toffe de tomate y almendras: Exquisita. Magnífico el contraste de la cremosidad del toffe de tomate con el crujiente de las almendras / Crema de patata y coliflor con cúrcuma y berberecho: Muy suave el sabor de la coliflor y muy buena la combinación

-        Gazpacho de manzana verde, sardina marinada y Pría, con matices de la tierra: Probablemente el plato más laureado del menú. Muy buena la presentación, sirviendo el gazpacho sobre el plato en la mesa y muy logrado el sabor. La sardina exquisita y combinaba divinamente.

-        Tomate raff y cebolla roja en ensalada de anchoas ahumadas y Varé: Muy bien emplatado, aunque probablemente destacaría más si se cambiara el plato en el que es presentado.

-        Cuscús trufado con huevo, setas y repollo: Habitualmente el plato de huevo es mi favorito en casi todos estos menús, pero no fue así en esa ocasión. Mezclado con sabores tan fuertes como la trufa, setas y repollo… no me lo acabé.

-        Bacalao, jugo rustido de pulpo, verdinas y vegetales: Había otro plato anterior con bacalao que estaba exquisito, pero éste estaba bastante insípido

-        Carrillera tostada, puré de apio nabo y remolacha en ensalada: muy tierna la carrillera y muy acertada la combinación con el puré. Las remolachas, a mi parecer, no le aportan demasiado

Y de postre:
-        Cremoso de plátano, piña confitada, cáscara de limón helada y manzana: Magnífico. Genial combinación la del dulce de plátano con los ácidos. Por poner alguna pega, a nivel visual, le falta algo de color

-        Migas de chocolate, crema de calabaza y naranja y helado de yogur: Este postre prometía, pero nos quedamos bastante decepcionados. La crema de calabaza y naranja no estaba muy allá. Al comerlo todo en conjunto, mejoraba un poquito, pero nos quedamos un pelín decepcionados.

En resumen, es una magnífica relación calidad-precio, con materia prima de primera y manteniendo una importante esencia de los productos asturianos. El menú tal vez vaya un poco a menos según van avanzando los platos, pero aun así, merece la pena acercarse y probar la cocina de Jaime Uz. Cuando lo probamos la primera vez pensamos que se merecía la estrella y nos preguntamos si perdería su esencia con el tiempo pero podemos decir que no. Sigue siendo un gran sitio.

Restaurante Arbidel
Calle Oscura, 1, 33560 Ribadesella, Asturias
Teléfono: 985 86 14 40

jueves, 7 de agosto de 2014

Triciclo: no hay que perdérselo!

Teníamos ganas de ir al El Triciclo después de leer loas a su cocina en boca de David Muñoz, el famoso Chef del restaurante Diverxo. Las noches y los fines de semana está bastante complicado reservar por lo que decidimos aprovechar un día de agosto, entre semana y a las tres y media para ir para allá previa reserva con varias semanas de antelación.

Al llegar, lo primero que sorprende del sitio es su disposición, con tres pasillos con mesas normales en el mismo espacio que mesas compartidas y mesas altas. Lo segundo es la decoración, sencilla, en tonos blancos y maderas con detallitos antiguos tipo botellas, triciclos de juguete, etc.

Lo siguiente a destacar el servicio. Juvenil, vestidos de negros (como manda la moda actual de los restaurantes modernos) y muy muy profesionales y atentos. Nada más sentarte te sirven un vaso de agua, detalle que a nosotros nos encanta y que en Estados Unidos está muy extendido pero aquí no se ve... supongo que prefieren clavarte 3 ó 4 euros por una botella de agua.

La carta, muy sencilla, cuenta con cocina de mercado y está dividida en tres bloques:
1.- Mercado: productos naturales con apenas preparación como ostras, cecina, queso, carne
2.- Un paseo en triciclo: platos más gastronómicos y elaborados como bacalao, calamar, gazpacho
3.- Un viaje en triciclo: platos más internacionales como steak tartar o tataki.

Se puede pedir platos enteros, medios (raciones como para dos) o tercios (como una tapa para uno). Para dos personas lo normal son entre 4 y 6 medios si quieres probar varias cosas. Nuestra cata consistió en:
- Media de pochas con callos de bacalao al pilpil: sabor tradicional pero con una salsa de las de "quedarse sin pan".


 - Media de calamar con cebollas y cítricos: una versión del calamar que en su tinta, con el toque cítrico y los trocitos de calamar estaba para chuparse los dedos. Venia servido con unas cortecitas tipo castellanas.

- Medio bacalao salteado con pisto y yema de huevo. Un trozo de bacalao muy bien cocinado con un pisto perfectamente preparado.

- Ravioli de carrillera con curry rojo y hierbas. Era bastante picante pero aún así.... uhmm delicioso.

- Salteado de mollejas. El plato más caro de los que pedimos costó 19 euros pero podríamos decir que era el plato más rico que comimos. Algo dificil de conseguir porque todos eran una delicia.

El total para dos fue de unos 90 euros con pan, un café, un postre de chocolate para dos que se saltaban las lágrimas de rico y una botella de Gramona Imperial (20 euros la botella, ojo a la carta de vinos, muy buena variedad y mejores precios).

A veces os decimos que algunos sitios merecen la pena y que otros no. En el caso de Triciclo os decimos: si os gusta la comida con sabor... tenéis que ir!!

Restaurante Triciclo
Teléfono: 910 244 798
C/ Santa María 28 - Madrid


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