miércoles, 28 de mayo de 2014

Más tapeo Castellano: de tapas por Soria

En nuestro último viaje hemos ido a conocer la última provincia que nos faltaba por visitar en Castilla-León. Nos hemos ido de tapeo por Soria y, aún siendo una ciudad pequeña, nos ha encantado.

De camino a la ciudad decidimos parar en Medinacelli, es un lugar precioso que pilla de camino, y ya que estábamos pues tomamos algo y comimos. Fue una parada agradable. El vermú en Cal Fausto donde comimos el mejor torrezno que habíamos probado en tiempo y "perdigachos" (una tapa típica de anchoa sobre pan) riquísimo.
 

La comida la hicimos en el Hostal Bavieca. Habíamos visto en la Michelin que recomendan el sitio así que allí comimos y resultó ser un fiasco Michelín (y últimamente van varios). El local bonito, elegante, con buen servicio y como no menú degustación con sus platos de cocina creativa. Vamos, lo de siempre. Nosotros optamos por pedir menú normal por tener comida más clásica y fue una decepción: sopa castella que era lo único que se salvaba, migas duras y secas, cochifrito seco y chicloso con hamburguesas de secreto también secas. En fin; un desastre que solo salvó el postre, helado con dulce de leche, y la cuenta: 15 euros por cabeza.
 

Y tras la parada llegamos a Soria. Nos alojamos al lado del Duero que por cierto está cuidadísimo y precioso para pasearlo y desde allí nos fuimos al centro para ponernos en faena. El tapeo es tipo pucelano, con tapas de pago, aunque algo más baratas; algunos sitios te ponen tapita gratis. Habíamos leído que había 4 zonas de tapeo, concretamente son 4 pequeñas concentraciones de bares que dan para un rato muy agradable: El tubo (Plaza San Clemente), Herradores (Plaza Ramón Benito Aceña), Plaza Mayor y el Tubo Ancho (Manuel Vicente Tutor). También hay algunos clásicos fuera de estas zonas como el Torcuato, especializado en banderillas de todo tipo por un euro o euro y medio y donde paramos a tomar un par de blancos, una de langostinos y una de anchoas acompañadas de dos blancos que nos salieron por 5,5 euros. En las zonas típicas visitamos:

El tubo (Plaza San Clemente): agradable plaza con terrazas y varios bares con mucho ambiente en la hora del vermú y por la tarde/noche. Por la noche, además, la plaza se ilumina de colores y luces, creando un peculiar escenario. Nosotros probamos tres, todos en sesión mañanera.
- Más que 2. No tenían cocina a la hora que fuimos y solo ofrecía tostas y bocatas por lo que optamos por no pedir nada y nos conformamos con dos Coca-Colas que acompañaron de tapa gratis por 4€. Nos decepcionó un poco y tal cual terminamos nos fuimos al de al lado.
- Bar Patata, mejor carta pero algo engañosa, ofrecian pinchos de carnes exóticas como canguro, avestruz o antílope. Al ir a pedir este último nos dijeron que no tenían, que de carnes solo canguro. Pedimos unas patatas caribe que son patatas con un tomate con pimentón parecido al de los tiberios zamoranos, una cerveza con limón y un verdejo. Todo 7,5€

- Bar Poli: el alma de la plaza y parada obligada, mientras el resto estaban a medio gas aquí estaban a tope. La carta te ofrece la caña con tapa por 2,2€ ó 2,70€ si la tapa es más sofisticada. Están todas bien, la típica es la de champiñones pero había varios tipos. Que nosotros probáramos: de gambas, pincho moruno y un torrezno (este rácano, muy pequeño para como eran en el resto de bares). Todo con dos cañas por 6,4€, barato barato.
 

Plaza Mayor: 
- Mesón Castellano: empezamos por el mejor de la plaza. Por ambiente y por variedad. Una ensaladilla, taco de bacalao, cerveza y verdejo por 10 euros.
- El Rey de Espadas. No sé si sería la hora, un viernes por la noche, o qué, pero no tenían de nada. Una triste barra, no tenían ni jamón. Ponían tapas a todo el mundo menos a nosotros. Esto ya lo habíamos leído en otros foros y blogs: en algunos sitios no ponen tapa a los de fuera. Aunque en nuestro caso solo nos pasó aquí. Tomamos un agua, un verdejo y una tosta (quemada) de anchoas por 5,90€
- Taberna La niña. Más que de tapas es de raciones. Ponen tapa gratis eso sí y es algo más caro que los de los alrededores, un vino sale por 1,8€. No es para una rápida pero está bien.

El Tubo Ancho (Manuel Vicente Tutor): Son 6 bares en una misma calle por la que pasamos dos veces, viernes y sábado y no había ni un alma. Aún así nos adentramos en:
- Taberna de Hemingway: al entrar no vimos carta, ni carteles ni nada. Nadie comía nada y no invitaba a pedir así que nos tomamos dos cokes con la tapa que servían y nos fuimos
- Montico: este si. Aunque la zona no tenga ambiente merece la pena ir solo por visitar este bar. Como los de antaño, con su barra de acero inoxidable, su aspecto de bareto y que es típico de mejillones. Nosotros probamos los de limón y unos curiosos de mahonesa con tomate. 6 mejillones con dos verdejos 6 euros.

Plaza Herradores (Plaza Ramón Benito Aceña): esta última zona es la más ambientada de la ciudad. Ya sea por la mañana, tarde o por la noche, es acercarse a la plaza y empezar a oirse el rumor de la gente en la plaza disfrutando:
- Iruña: el más famoso. Buena variedad de tapas. Muy rico el pincho de gambas gabardina que te ofrecen por solo un euro, así como las croquetas de jamón (pedimos 3), una tapa de atún rojo marinado y un pincho de pulpo que bajamos con 3 vinos, una Coca-Cola, un agua y un café: 22,30€. Todo muy rico.

- Feli: era el que más gente tenía y enseguida descubrimos por qué. Es baratísimo. Las bebidas salen a un euro y la mayoría de las tapas, como el taco de atún que tomamos, también.

- Café Latino: de pinta latinoamericana por fuera. Por dentro había gente de todo tipo y, aunque tenía música, esta no molestaba demasiado. Entramos porque tenían "rotos" como en Logroño y aunque son más pequeños estaban de vicio. Con caña los venden por 3€ y con vino por 3,5

- La gula: era de bocatas y entramos porque era el único que se cabía de la zona, aunque al ratito se llenó. Los llamaban pecados y vendían de 7 tipos como los pecados capitales; eran de un tamaño más que generoso. Nosotros nos comimos "La soberbia" (pollo con mostaza y calabacin), un sandwich mixto, tres vinos y un café y nos fuimos de allí pagando 13,70€

- Antigua Casa Apolonia: carta variadísima y bar entre lleno y petao. Nos pudimos sentar en la terraza y pedir una cerve con limón más un blanco con una tapa de bacon y huevo de codorniz, otra de minhamburguesa y más huevo, una de chaca y un tigre. No llegó a 10 euros. Este bar es otro de los que no os podéis perder.

La ciudad es pequeña pero el ambiente es enorme. ¿A qué estáis esperando a ir?

martes, 13 de mayo de 2014

Hamburguesas X: Foster's Hollywood

Viendo un anuncio en el que un famoso chef madrileño, (Dario Barrio fallecido en una accidente de salto base el 6 de junio de 2.014), recomendaba hamburguesas de una no menos famosa cadena, he pensado que este lugar también merece un post. Y es que, después de degustar algunas hamburguesas de escándalo (véase New York Burguer o Alfredo's) vamos a comentar nuestras catas más recientes que se corresponden con algunos fiascos. Dentro de esta categoría está Foster´s Hollywood.

Igual que en los últimos tiempos han surgido cadenas de hamburgueserías decoradas al estilo diner de los 60's como Tommy Mel's o Peggy Sue, hace unos años la moda era otra, el estilo era más American Way of Life, vaquero o hollywoodiano. De aquellas surgió Foster, Fridays, Ribs. Su carta era más variada, algunos incluían carne, costillas o incluso pescado pero el concepto era el mismo. Con el tiempo esos lugares han encontrado su hueco e, incluso antes, nos parecía que sus hamburguesas eran "como las americanas". Aunque ahora que hay más donde elegir y la gente está más viajada hemos comprobado que no eran para tanto.

Y eso le pasa a Foster´s, una vez probadas en otros lugares verdaderas delicias, sus hamburguesas saben a poco. La estrella era la Director's Choice, aunque ahora promocionan la Black Label Burguer (puedes ver lo que lleva al final del atículo) aparte tienen otras como cheeseburguer, bacon burguer, BBQ o chili. Al final todas son parecidas, preparadas, nada de una masa de buena y jugosa carne, sino moldeadas y con la misma forma plana, lo que denota que las tienen preparadas. Poco jugosas y algo secas, siempre se les va un punto al hacerlas. Suelen llegar con la carne fria y el pan seco lo que las hace algo pastosas. Los tamaños vienen en onzas/libras: cuarto de libra (113gr.), media libra (226gr) o 10 onzas (283 gramos) lo que, en un país en el que usamos el sistema métrico décimal, hace dificil calcular más allá de pequeña, mediana y grande y, a mi parecer, engaña un poco.

Los aritos no están mal pero se quedan ahí y el resto es mucho rollo de "ponemos ensalada de col", "te rellenamos la Pepsi", "¿sois fosterianos, chicos?".

El servicio con altibajos. Muy mala la recepción, espectacular el camarero que nos atendió después.

Terminamos la comida con un original postre Sweet Lolly Pops: bocaditos de tarta con forma de chupa-chups que no estaba mal, aunque algo caro para lo que era. Los aritos, dos Director de media libra, el postre y dos bebidas salieron a 20 euros por cabeza.

Aunque esta comida la hicimos en el Foster de Parque Oeste en Alcorcón hemos visitado otras sedes de este local y, como el borrico a la linde, volvimos a caer, la última en el Foster de La Ermita... y nos pasó lo mismo. Muy lentos. Media hora esperando que nos atendieran. Media hora esperando la comida. Las comandas vinieron mal y cuando llegó vinieron antes las hamburguesas de los adultos que la de los niños...con sus consiguientes lloros... y el gran pecado que les pasa siempre: carne al punto muy hecha y carne pedida poco hecha que llega muy hecha. Esta vez pedimos dos Bacon Burguer sin queso (una vino con queso y las dos muy secas), una Caesar (con queso Grana Padano y salsa "bourbon style bacon") y la que llaman gourmet "Black Label Burguer", con 250 gramos de carne bastante jugosa, pan con sabor a trufa, queso cheddar y cebolla confitada al Oporto. No está mal del todo. La carne estaba bastante bien, se notaba mejor calidad que las otras y respetaron el punto. Lo único malo es que el pan se rompía al primer bocado, por arriba se partia y por abajo se deshacia... una pena. Las 4 hamburguesas, dos menús infantiles, unos entrantes de rollitos de aguacate y de poste, dos cafés, un brownie mitad perfecto mitad duro cual piedra (no nos preguntéis como lograron esa mezcla) y un Oreo Cookies Sundae con las bebidas salió por unos 90 euros.

Al final hemos salido con la misma sensación de siempre. Está bien para un apaño pero ni son hamburguesas top y el servicio es pesimo lo que hace que Foster esté en los últimos lugares de nuestra lista con las mejores hamburguesas.

jueves, 8 de mayo de 2014

¡Por fin! ¡De tapas por Zamora!


Habiéndonos recorrido media geografía española, tras varios intentos e insistencia por parte de la familia y allegados (¿verdad, Ezequiel?), por fin hacemos un hueco para visitar y tapear en Zamora. No puedo ser objetiva con esta ciudad, pero intentaré ajustarme lo más posible a la realidad... al menos a mi realidad ;).

Después de 10 años sin pisar la ciudad, habiendo ido prácticamente todos los años desde que tenía 15 días, lo primero que me sorprendió fue lo bonita que estaba la ciudad. Limpias las calles, casi todo el centro semipeatonal, con la tranquilidad que ello otorga y cuidadísimas sus iglesias románicas, auténticas joyas que te encuentras en cada esquina. Destacable también el magnífico trabajo de restauración realizado en el Castillo y sus alrededores (con entrada gratuita). Si estáis por la zona, visita obligada, junto con la Catedral (al menos por fuera, que ahí sí que cobran).

Y sobre el tapeo, que al final no deja de ser nuestro hilo argumental, tampoco se queda atrás. A diferencia de otras ciudades, aquí las tapas se pagan, pero es difícil pasar los 3 € por ronda de vino y tapa.

La primera noche, quisimos ir sobre seguro, ya que aún no llevábamos "sherpa" y nos adentramos en la Calle de los Herreros, que sale de la Plaza Mayor. Esta zona ofrece tapas y al comenzar la noche, muchos de los bares suben la música, apagan la plancha y empiezan a servir copas. Deja de ser zona de tapas para ser zona de copas. Nos estrenamos en el tradicional Los Abuelos I, donde tomamos dos refrescos, una caña y unos tigres, 2 por persona y pagamos 9,30 €. Desde ahí, vamos a Lasal, casi al final de la calle, que es famoso por sus pinchos elaborados. Nos tomamos un par de verdejos, una caña, dos lomos de sardina "La Sal" (aderezada con algo que no conseguimos descubrir exactamente qué era, pero muy rica) y un paté de perdiz, que nos dejó algo indiferentes. Todo por 10,50 €.

Acabamos la calle en el bar "Chori", con una brasa donde la especialidad es el chorizo. Estaba francamente rica y muy buen precio (un par de verdejos, un corto de cerveza y 3 tapas de chorizo, ¡6,60 €!). La última de la noche nos la tomamos en el Café Viriato, que ostenta varios premios en los concurso de tapas de la ciudad. Y sí, los pinchos estaban buenos, aunque también nos encontramos con el camarero más insolente del viaje. Tampoco los precios están en línea con los del resto de la ciudad... Nos tomamos un par de blancos, un pincho de centollo y otro de carne con setas por 7,80 €.

A la mañana siguiente, en la sesión vermut nos adentramos en un par de clásicos: El Lobo (C/ Del horno de San Torcuato, paralela a la Calle Santa Clara). La especialidad son los pinchos morunos, los que sí (que sí pican) y los que no (que no pican). Probamos ambos para comparar y como no nos va mucho el picante, nos quedamos con los que no, pero aún así, ambos merecen mucho la pena. Por sabor y por precio. Un par de refrescos, una caña y 3 pinchos, 7,40 €.

A continuación vamos al Bambú, especializado en tiberios (mejillones con salsa picante) y perdices (sardinas rebozadas). Un corto, un par de tintos, una de tiberios y una perdiz, 8,50 €.

Comimos en el Restaurante Bier (C/ Benavente). Pese a que el trato de inicio nos resultó un poco extraño (aún no les atendemos porque es pronto, no se sienten aún que tenemos que comprobar que la mesa no está reservada...), al final acabamos bastante satisfechos con un menú que ofrecía gran variedad de primeros y segundos platos, entre ellos muchos típicos de la zona (arroz a la zamorana, mollejas, bacalao...), por 15 €.

Por la noche, ya con guía, iniciamos el tapeo en "El Colmado" (en la Plaza Mayor, detrás de la iglesia de San Juan), además de tapa de cortesia tiene de carta muy originales, entre ellas dos tapas de pulpo, ensaladita de quesos, tosta de cecina y hamburguesita, todas las tapas a 2 €, excepto la hamburguesita a 1,50 €.
 

A continuación, fuimos al Capitol, donde tomamos unas tapas de pulpo y unos crujientes de langostino que no pudimos apreciar demasiado por el mal servicio: 30 minutos de espera en barra para tomar un vino y una tapa, que se nos hicieron demasiado largos porque teníamos reservado y llegábamos tarde. El lugar de la reserva no era otro que el "Chimeno" (Cuesta del Piñedo). Bar de toda la vida, con un reciente lavado de cara pero que mantiene su esencia, sus mesas y su "carta". Su carta se reduce a embutidos y su famosa "ensalada Chimeno". Un ensaladón XXL, con lechuga, cebolla, tomate, pimiento, atún, huevo cocido, sardinas, aceitunas y muy bien aliñada y aderezada con pimentón. No sé cual es el secreto, solo puedo decir que mi madre lleva más de 30 años intentando hacer esta ensalada en casa y no, no le sale igual. Nos tomamos la ensalada, una tabla de embutido variado y dos rondas de 5 bebidas, por 43 €.

El sábado por la mañana nos alejamos un poco del centro histórico y cruzamos la Avenida Alfonso IX a tomar el vermut. La primera ronda es en el "Benito & Co" (Avenida Príncipe de Asturias). Tienen la barra vacía de tapas, pero anuncian varias opciones de tapeo y nos tomamos una de bravas que no pasará a la historia. Desde ahí vamos a "El Portón", que estaban en plena celebración de la Feria de Abril. Allí nos tomamos una de caracoles y unos boquerones en vinagre, con la ronda de 5 consumiciones, 24,30 €. Y desde ahí acabamos la zona en "La Boheme", parada un poco fracaso, donde no tenían Coca-Cola sin azúcar (ni light ni zero), el vino estaba malo y pedimos unas croquetas con pisto y no quedaban de jamón, nos las pusieron de pollo y sin el pisto y además estaban bastante malas. La ronda con las croquetas y una tapa de carrillera por 13,10 €.

Comimos en La Baraka. De entrada nos contrarió un poco porque no nos dieron carta y nos cantaron los platos disponibles, con la consiguiente incertidumbre que ello te crea y la poca posibilidad de debatir la elección de los entrantes. Finalmente pedimos una ensalada con ahumados, mollejas (exquisitas) y para comer bacalao y solomillo. Con una botella de vino de Toro Rejadorada y un único postre (curiosa tarta de mousse de violetas) con cafés por 25 € por cabeza. Salimos muy satisfechos. Muy buena materia prima y estupendo tratamiento de la misma.
 

Cerrado: La ronda de la noche, para despedirnos ya de Zamora, la iniciamos en la barra de "El Rincón de Antonio". Este restaurante ostentó una estrella Michelin hasta hace unos años. Ahora tienen un menú degustación de 6 platos por algo más de 30. Creemos que puede ser interesante. Quisimos hacer una pequeña prueba de sus tapas en la barra, así que pedimos unos Tacos de bacalao, piñones fritos y pimiento dulce; Morcilla de Zamora con cebolla y chile (muy rica, aunque también muy picante); Salchicha de Zamora confitada con ketchup de la casa (regularcilla); Suprema de codorniz, cebolletas y caldo escabechado; Pan de Zamora, salmón, verduras escabechadas y mango. Con las 5 bebidas (cervezas y refrescos), 19 €.
 
 
 

Luego fuimos a El Chillón, especializado en tortillas: Tortilla de patata, de calabacin, con salsa (la misma salsa que los tiberios) y otras tapas de casquería, como patas, callos, lengua y cachuelas (mollejas de pollo). ¡Todas las tapas a 1€!!!! Y no, no son ni mucho menos de la calidad de los "low cost" que están surgiendo últimamente, son de cine.

Y para terminar, el punto álgido de la noche lo conseguimos con el "Patanegra", nuestro descubrimiento en la ciudad. En la Calle Pelayo, tienen un cartel anunciándose en la Calle Santa Clara y por eso nos acercamos. Se anuncian como "ganadores del concurso de pinchos". No sabemos si es verdad ni, si lo es, de qué año ni de qué concurso, pero lo que sí que sabemos es que probamos el pincho que anunciaban como ganador en 2.013, el "Torito", y nos quedamos encantados. Bocadillito de carne de buey muy poco hecha y con un aliño muy original. Dos de estos pinchos, tosta de bacalao, pulpo y 4 bebidas, 13,90 €.

En definitiva Zamora y sus tapas bien merece una excursión.

(Para Ramiro, en agradecimiento a su aportación a mi cariño por esta ciudad).

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