lunes, 28 de abril de 2014

Volvemos a Galicia: A Coruña de tapas

Llevabábamos tiempo con ganas de ir a La Coruña ya que este blog surgió, hace cinco años y entre vino y vino, en una escapada a Santiago en la que una indigestión nos dejó sin poder visitar esta ciudad; así que para desquitarnos esta Semana Santa nos fuimos para allá... A Coruña de tapas

Estuvimos solo dos noches ya que queríamos visitar también otras zonas como las Rias Bajas. En un par de días da tiempo a visitar lo más representativo: Torre de Hércules, las playas, Maria Pita, toda la zona antigua y, por supuesto, para tapear. Y es que en A Coruña se tapea de vicio, la zona se llama "vinos" (o calle vinos) y es la unión de varias calles que desde Estrella, pasando por Olmos, Galera, Barrera y Florida llegan a la Plaza de Maria Pita. Aquí se tapea de forma muy variada, hay sitios con tapita gratis, pulperias, sitios de raciones y bares de pinchos pero lo que más se lleva es pedir tapa: pequeños platos que por unos 2€ pueden ser de cualquier cosa como croquetas, pulpo, empanada, bígaros, etc... ah! y tortilla. La tortilla es la estrella de la ciudad.

En nuestra ruta nos hicimos un poco de todo:
- El Real, Calle Olmos, tapa de pulpo 2€ y de croquetas 1,2€ parecía una cafetería pero en los días que estuvimos pudimos comprobar que es de los más llenos y con tapas más variadas. El pulpo es de escándalo, quizá el mejor que comimos... y mira que comimos!

- Jaleo: de pintxos más elaborados. Probamos un revuelto de bacalao y langostinos y un bacalao con salsa tártara que con dos albariños (a 2,5€) y un vaso de leche para el pequeño salió por 9,6€
- Mesón O'Galego. Tapa gratis (empanadilla). Uno de los que más me gustó por ser muy gallego y muy bareto. Dos ribeiros (que nos cobraron como albariños), tapa de zorza y tapa de berberechos por 9,6€. La zorza es, junto al raxo, dos de las tapas más típicas de la ciudad y que no os podéis perder. Son trocitos de carne de cerdo que en el caso de la zorza va con pimentón y en el caso de raxo con salsa servidos con patatas fritas.. y, por cierto, vaya como están las patatas en todos los locales de estos lares.
 

- Tasca O Tarabelo: otro genial porque también era muy gallego. Aquí pedimos una tapa de minchas por 2 euros (bígaros) y una de empanada de parrochas con dos ribeiros por 5,2€. Baratísimo.
- Casa Andrés: cutre a más no poder, a medio camino entre un bar de pueblo y un almacén con sus platitos de pipas, las cajas de botellas por enmedio del local y el lavabo visto. Nos tomamos media ración de
mejillones y dos riberiros por 5,2€.
 

- La bombilla: 2 ribeiros y dos pinchos de filete por 4€. El más típico, famoso, barato y lleno de la zona... no me extraña. Parada imprescindible para tomar el filete o un pincho de tortilla. Atención a los servilleteros hechos con botes de Cola-Cao

- Malte. Paramos a pedir un godello y para ver las hamburguesitas que habíamos visto en una pasada anterior. Eran minibocatas así que no pedimos nada de comer pero nos hicimos fuertes en una mesa de la terraza y nos tomamos 6 vinos a 2,4€ cada uno.
- A Taberna de Cunqueiro: un agua, una caña y dos refrescos por 6,90€; te ponen tapa gratis y a nosotros nos pusieros patatas con pimentón, pastel de cabracho, queso y por último un cuenquín de cocido muy peculiar, con garbanzos y macarrones. De impresión.
- Manteleria: gastrobar de pinchos. Cada uno a 1,80€, probamos la anchoa rellena de pimiento y queso, pastel de merluza con langostinos y huevo y dos hamburguesitas muy jugosas. Todo con tres ribeiros y una caña por 16,10€.

- As Cavas: pulperia clásica, sin lujos, con la olla donde cuecen los pulpos en la calle. Dos sardinas con una ración de pulpo, de los mejores que comimos (con permiso del Real), empanada, una jarrita de ribeiro y una caña por 22,60€

- A Troula, también conocido como el Cocodrilo por su pincho más famoso. Un filete con patatas pinchado en un palillo. A parte de eso tiene poca cosa más o cosas tan "exóticas" como un sandwich mixto al que llaman bikini como en Cataluña. Aún así merece una parada, un pincho, un vino y a seguir.

- Anduriña: mucha chavalería en la terraza auguraba lo que constató la cuenta: era muy baratillo. Una tapa de raxo más una de raxo de pollo con dos vinos por 6,5. Realmente barato porque el tamaño de las tapas, en algunos sitios, sería de ración.

Con las comidas no triunfamos por lo que nos vamos a recomendar nada. Un día comimos una parrillada de carne y otra de pescado en la calle"vinos" como si fueramos guiris y lo pagamos con muy mal servicio (nos tuvimos que comer algo que no pedimos por no esperar) en el Santa Fe. Otra comida la hicimos en Muros y lo mismo, turisteo aunque acertamos un poco más pedimos unos entrecots que lástima que estaban muy hechos porque era muy buena carne. con ensaladade tomate y bebida 40€

Hubo gente de allí que nos dijo: para tapear la ciudad y para comer los pueblos de los alrededores.

miércoles, 23 de abril de 2014

Ramón Freixá

Y por fin fuimos al último dos estrellas Michelín que nos faltaba en Madrid: Ramón Freixá.

No sabemos si por ser el último que visitamos o simplemente porque es así, pero nos defraudó un poco. La sensación con la que salimos fue de no haber disfrutado nada nuevo, ninguna sorpresa de las que suelen ofrecer este tipo de locales.

El restaurante está en pleno barrio de Salamanca, en el hotel Único (Calle Claudio Coello). La entrada, a través de un patio interior es muy bonita. Desde ahí se accede al establecimiento, de una sala minimalista, con mesas muy grandes, para mi gusto, excesivamente grandes para cenar en pareja.

Nos sentamos y nos ofrecen un aperitivo y nos entregan la carta. Hay opción de comer de carta o tres opciones de menú: "Territorio", de introducción, entrante, plato principal y postre por 80€, "La Experiencia" donde en lugar de un plato principal hay uno de carne y pescado y además quesos, por 100 € y por último, "El Homenaje: Gran FRX", con introducción, dos entrantes, un pescado, una carne, quesos y Gran Postre, por 125 €. Como habitualmente en estos sitios, pese a no comer queso, nos decantamos por este último menú, para intentar probar la mayor cantidad de platos posibles.

En la carta en teoría detallan cada uno de los platos del Menú Homenaje, pero la verdad es que, luego tuvimos cambios en el mismo. Tal vez por no comer queso y habernos sustituido algún plato, pero no nos dijeron nada de cambiar platos en ningún momento. El detalle se agradece, pero nos habría gustado saberlo de antemano. Finalmente, según el menú que nos entregaron a posteriori (que tampoco coincide 100% con lo que realmente comimos) indica:

- Introducción: Nos sacaron a la vez, al centro:
  • Buñuelo de leche de caserío: Buñuelo de nata
  • Barquillo de espárrago: Un bocadito cremoso
  • Corazón de melón con flor de alcaparra: Muy cuidada la presentación, pero el sabor no era demasiado original
  • Ferrero de foie: Ya habíamos probado algo parecido en nuestra visita al Coque, hace un par de años
  • Alga "Nori" rebozada: El entrante que más nos gustó, con diferencia, por su sabor y originalidad.
  • A continuación nos sacaron "El origen": Pa amb tomàquet y salchichón de Vic. Estaba rico, pero claro, con estos ingredientes, no es difícil.
  • Y de los últimos entrantes, según el menú que nos entregaron, hay un plato que se llama "Piedra y papel", pero que nunca llegó; "Fósil de pescado", una especie de sardina seca con mayonesa, que aunque nos aseguraron que era casera, a mi me sabía a "Musa", la que se comía toda la vida en casa de mis abuelos y "Cosmo-soda water", una bebida color oraldine y que a mi parecer no combinaba con el pescado. Quedaba raro, sobre todo teniendo aún la bebida del aperitivo encima de la mesa.

Antes de seguir con los platos principales, nos ofrecen pan, elaborado por el padre de Ramón Freixá y traído desde Cataluña y horneado en el restaurante. Entre la selección había pan de puerros, mostaza y ajo, mantequilla, chapata, de semillas, colín de aceitunas... los que probamos, riquísimos, con aceite de arbequina de Tarragona y mantequilla. A posteriori nos dimos cuenta del error cometido, porque nos inflamos a pan y luego no nos pudimos acabar el menú.

- Entrantes: Nos ponen a la vez en la mesa:
  • Amor y odio: Ensalada de ostras al natural, hebras de berenjena, micro-chalotas con taninos y aliño de manzana y mango.
  • Vieira cocinada a la sal, jamón ibérico y salicornias
  • Guiso de callos de bacalao, butifarra del perol y judías de Santa Pau. Según el menú, con toques líquidos de queso. Va a ser que por eso no me gustó y lo dejé entero.
  • A continuación, "Ensalada de habitas con cigala atemperada, gajo de pomelo explosivo". A mi parecer, las habitas demasiado duras y el gajo de pomelo explosivo, no estaba muy logrado. Lo que explotaba era una esferificación de sopa de marisco con la que se les había pasado el tiempo de esferificación y se quedó demasiado dura, al lado de un gajo de pomelo.
  • Y para terminar los entrantes, el plato de huevo, que a pesar de lo fanáticos que somos de este tipo de platos en estos menús, no era demasiado: Salteado ligero de garbanzos, cefalópodos y yema de sofrito. Los cefalópodos, demasiado hechos y un pelín duros.

Y pasamos a los platos principales. 
  • En el plato de pescado esperábamos lo que aparecía en la carta "Cabracho o lenguado jurásico", pero nos llegó el "Bogavante en micro menú: Cabeza, cola, pinzas. Cada parte a su tiempo, a su manera". Las pinzas marinadas, la cabeza en estilo royal, como una sopa gelatinosa y la cola, con un socarrat bastante regular. 
  • Y como plato de carne, "Paletilla de cordero, cruji-coles de Bruselas con "ras el hanout", aceitunas y pistachos" acompañado de "Trigo tierno con coliflor y nabos, encaje de piel de pollo" y "Cocotte de patatas "ratte", ajos, orejones, nabizas y sobrasada".

A estas alturas de la cena estábamos ya bastante llenos y nos costaba acabar los platos. Pese a dejar bastantes platos casi llenos, en ningún momento nos preguntaron por nuestra opinión sobre los mismos. Extraño para un restaurante de estas características. Pero aún quedaban los postres:
  • Dulce Espera: Chocolate dorado con azafrán. Un bombocito, muy rico, que tal vez sería prescindible.
  • Milhojas de frutas del bosque con nata: muy normal.
  • Luego nos trajeron un sobre de ovolato con frutas y verduras sobre la que echaban un liquido caliente y se convertía en una especie de sopa con sabor a té o similar, y donde el contenido del sobre se quedaba con una textura extraña. No pegaba demasiado como postre. Venía acompañado de kumato caramelizado.
  • El postre final son los puntos cardinales, cuatro platos representando el norte-sur-este-oeste. El norte era un muñeco de nieve de chocolate, con la sabor a eneldo; el sur, un volcan de chocolate (ummmmm, exquisito); el este, un dinsum de plátano, rico pero contundente, y el oeste, chocolate con curry.

Al final, nos fuimos con un sabor un poco agridulce. Llevábamos demasiado tiempo esperando y al final fue una cuenta excesiva (350 €) sin haber disfrutado de nada extraordinario ni novedoso.

martes, 15 de abril de 2014

Segunda escapada a Salamanca

Después de nuestra primera escapada hemos vuelto a Salamanca. Nos encanta. Y cada vez que vamos sube más alto en la escala de grandes de ciudades para el tapeo. Plagada de locales, se divide entre bares con tapa incluida, donde las consumiciones salen por entre 2 y 2,5€ y otros más sofisticados, incluidos algunos gastrobares, donde la tapa se paga aparte.

En esta excursión fuimos un grupo que nos alojamos en el Hotel Torre del Clavero, muy bien ubicado. Al lado de la Rua Mayor y de la zona de marcha de Gran Via tiene la pega de que es muy ruidoso. El plan era conocer el tapeo de la calle Van Dyck pero mientras esperábamos a todo el grupo tomamos la primera en La Fragua, un pequeño bar en una perpendicular a la Rua donde hay grandes tapas tipo callos, rabo de toro, etc. Nosotros tomamos una ronda para cinco que salió a 2,20€ por cabeza con tapa donde probamos una oreja en salsa verde bastante buena y unos callos de impresión.

Después de eso fuimos a Van Dyck, una de las calles más conocidas para el tapeo de Salamantino. La calle está llena de locales algunos con muy buena pinta y grandes cartas... pero se nota venida a menos, la mayoría de ellos estaban vacios o solo con despedidas de solter@ (nos cruzamos con cientos). A pesar de ser un sábado de una a cuatro no había nada de ambiente.

En nuestra ruta entramos en:
- Don cochinillo: 3 blancos, 1 rioja, 2 cañas. La tapa era un impresionante platazo de cochinillo para 3 y 3 pinchos de solomillo con queso. Todo por solo 14,4€; a 2,2€ la consumisión de caña y 2,5€ la de vino.

- Churrasco: muchos tipos de tapas como rabas, chanquetes, costillas, etc. La especialidad es el croquetón. Una gigantesca croqueta (demasiado grande para mi gusto) que pueden ser de lomo, atún o chorizo. Las consumiciones a 1,30€ caña (1,70€ el vino) sin tapa y a 2,6€ con ella.

- Bar Saint Galle: nos dijeron que lo mejor era el pincho moruno y es cierto que está de 10 pero el dueño nos dijo que su especialidad es el queso de cabra con miel. Lo hace con miel Hurdana (la tapa se llama hurdanito) y nos dijo que era muy famoso, que salía en una web de turismo italiana y que se le llenaba de italianos que venían a probar ese pincho. Nos fijamos en que vendían sidra trabanaco a 3,5€. Algo que nos chocó, sobretodo porque en el bar aterior también había sidra.

- Asador Van Dyck: na de na. Una sosería de sitio.  Solo tostas y montaditos. Mucha gente lo pidió de jamón y fracasó de lo mal partido que estaba y malo que era. Los pinchos a 1,5€, las cañas a 1,1 y los vinos a 1,5€. Al final la ronda sale a unos 3 euros, un poco caro para ser Salamanca. Pagamos 25,7€ una ronda para 9 personas.

Visto el poco ambiente que había, a eso de las 4 de la tarde decidimos irnos... los bares empezaban a cerrar y los que estaban abiertos estaban vacios. Tras esa mala experiencia por la tarde decidimos quedarnos en el centro:
- Colonial: cañas a 1,2€ vino con pincho 2,2€. Solo probamos la tartaleta de bacalao y estaba muy rica, teníamos que haber pedido más cosas.

- Bambú: un clásico que ya probamos en nuestra anterior visita y con la nueva decoración pierde. Es famoso por la brasa y aunque es barato a nuestros acompañantes no les gustó: 2€ la caña con tapa, 2,3€ si es vino. Probamos chorizo, entrecot y panceta (lo mejor) con unas patatas meneas.
- Mesón cervantes: De toda la vida, está dentro de la plaza mayor y ya nos quedamos con ganas de probar en nuesta última visita. Hacía demasiado calor pero las tapas eran geniales. La mayoría de ellas con huevo nosotros probamos el farinato con patata y huevo. Además comimos unos tigres. Hubo gente que no pidió tapa... un desperdicio porque aquí cuesta todo igual, pidas tapa o no: 2,3€ la caña y 2,6€ el vino.

- Musicarte: Un gastrobar de tapas elaboradas. Pedimos perrito mini, carrillera iberica, brocheta de pollo, pato, saquito de morcilla, hamburguesa de buey (uff tremenda) ... cada tapa salía por 2,5€ con la bebida aparte y carísima (2€ la caña y 2,5€ el vino). Aún así el sitio fue de los que más gustó a la comitiva.


Por la noche encontramos un garito en la Gran Vía de música de los 80 y los 90 donde las copas salían por 5 euros y te daban un vale para la siguiente gratis. Tremendo.... así como no nos va a gustar esta ciudad.

Ver más: Salamanca, belleza y tapas.

domingo, 6 de abril de 2014

Cocidito madrileño IX: Malacatín

Antes de que empiecen los calores vamos comentar otro cocido, uno de los grandes y que nos faltaba en nuestra lista: Malacatin. Un clásico del cocido madrileño con más de 100 años de antigüedad donde conseguir sitio es complicado, el local es pequeño y se come a turnos. Nosotros tuvimos que ir entre semana, cuando reservamos y dijimos que íbamos a comer cocido nos dijeron "ustedes preocupensen de conseguir la reserva que del cocido nos ocupamos nosotros".

Como en todos los sitios clásicos sirven el cocido en tres vuelcos con las carnes separadas en muchos platos distintos. Vamos por partes:
La sopa: contundente. De las buenas. Con su grasa y mucho sabor. Te dejan el puchero en la mesa para repetir y vaya que si lo hicimos. Antes de la sopa y para acompañar esta te ponen un plato de guindillas, cebollitas y pepinillos. A parte de un platito de cebolleta.

Los garbanzos. De tipo grande, castellano; tienen el punto de cocción justa, perfecta. Como la sopa ya anticipaba estaban preparados con mucha grasa y se notaba en que tenían un gran sabor. Junto con los garbanzos vino la verdura, también muy buena.

Las carnes. Aquí empezó el festival de platos:
- Primero, junto con la verdura trajeron un plato con un montón de tocino. Al menos 3 ó 4 trozos para cada comensal.

- Un plato con el chorizo y la morcilla: 3 trozos generosos de cada

- Carne: morcillo y una manita de cerdo. La primera novedad y que no habíamos visto antes en otros cocidos. Un trozo por cabeza.

- Pollo y Codillo. Segunda novedad. Codillo en vez de jamón. Sin palabras. Apesar de estar ya hasta arriba le dimos un buen tiento mientras los camareros (el servicio es muy majo) nos decían "pero no pareís aún..."

Los postres son caseros, del tipo leche frita, torrijas (pudimos con una!) y el café es de puchero. La comida terminó con un chupito de pacharán. Aunque dijimos que no queríamos insistieron de forma graciosa hasta que aceptamos.

El precio del cocido es 19,5€ no es muy caro viendo lo que hemos pagado en otros sitios mucho peores. Te cobran el pan a 1,5€ y nuestra cuenta, con media de vino, café para uno y postre para uno ascendió a 60€ para dos. No es un exceso para un sitio así que asciende en nuestro ranking a uno de los mejores cocidos de Madrid. Sino el mejor.

Cocidito Madrileño: VIII: Casa Jacinto
Cocidito Madrileño VII: La Taberna de Chana
Cocidito Madrileño VI: Taberna Oliveros
Cocidito Madrileño V: Lhardy
Cocidito Madrileño IV: Casa Domingo Nieva
Cocidito Madrileño III: Gambrinus Arganzuela
Cocidito Madrileño II: Taberna de la Bola

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