sábado, 25 de mayo de 2013

Liverpool: Una buena escapada

Hace poco estuvimos de viaje en Liverpool y, a pesar de tener este blog de gastronomía viajera, no seremos nosotros quienes nos atrevamos a hacer una crítica ni recomendar ningún local donde comer en Liverpool. Era nuestra segunda visita a esta ciudad y solo estuvimos un fin de semana, pero ni ésta ni la anterior, degustamos buena comida. Existen varios restaurantes por el centro, pero la mayoría que vimos eran caros (y no eran el objetivo del viaje) por lo que nos alimentamos principalmente de comida basura, kebabs, fish&chips o English Breakfast. Estamos en Inglaterra, ya se sabe como es la comida de allí, por lo que en esta ocasión lo que vamos a hacer es recomendar una escapada a Liverpool.

Liverpool es "Beatles" y sus habitantes lo saben, y lo explotan, y lo disfrutan y están orgullosos de ello. Cada esquina huele a Beatle, puedes encontrar una foto, un cartel que lo recuerde.

Desde Madrid es un destino fácil. Easyjet tiene vuelos que, comprados con tiempo, pueden salir muy económicos y además permiten buenas combinaciones para ir un fin de semana (la ciudad tampoco da para mucho más), saliendo el viernes por la tarde y volviendo el domingo al mediodía. Para llegar al centro desde el aeropuerto, el autobús 500 te deja en pleno centro de Liverpool (o probablemente muy cerca de tu hotel aunque no estés en el centro)

La oferta hotelera es variada y puedes encontrar hoteles tipo "fórmula" (Campanille, Ibis, Formule) no muy apartados del centro a muy buen precio. En nuestra primera visita, elegimos el Campanille y estuvimos más que satisfechos. Podíamos desplazarnos caminando a todas partes y si optábamos por el taxi, no salía demasiado caro. Barato, limpito, apañado y la sala del desayuno estaba a orilla del Mersey, con muy buenas vistas. En esta ocasión nos alojamos, en modo capricho, en el "Hard Day´s Night Hotel". Tiene una situación privilegiada, junto a Matthew Street. Lo venden como el hotel "Beatle", pero realmente, las habitaciones se limitan a tener un cuadro de alguno de los miembros de la banda en el cabecero de la cama y posibilidad de escuchar el disco "One" desde la televisión. Eso sí, en la recepción se puede disfrutar de mucho más merchandising y disfrutar de conciertos. A mi parecer, resulta muy caro para lo que ofrecen.

¿Y qué te puede ofrecer Liverpool? Si vas a Liverpool, te guste o no, algo "Beatle" tendrás que hacer, digo yo (visitar el Beatles Museum estaría entre los básicos y luego hay cosas mucho más frikis, como el Magical Mistery Tour, visitar los diferentes locales que viven de "aquí tomaban la cerveza", "aquí ensayaban"...). Pero además, Liverpool es bonito. Sí, sí, como lo oyes. Sus construcciones de ladrillo rojo típico inglés, su Albert Dock, su Ayuntamiento junto al río, su Catedral, su nueva Catedral (que es llamativa pero no precistamente bonita)... dan suficiente juego para dar un paseo agradable; todo lo agradable que permita el tiempo.


Y sobre todo, Liverpool ofrece marcha. Mucha mucha marcha. Y estupenda. Matthew Street está plagada de locales con música magnífica. Desde locales con música en directo (como el tradicional "The Cavern"), autenticos pubs ingleses con sus parroquianos borrachos cantando (como The Grapes), hasta locales más modernos donde en el exterior te anuncian el tipo de música que vas a escuchar. Carteles indicando "70´s" "80´s" "90´s" plagan la calle para que te evites sorpresas. Las despedidas de solteras/os multitudinarias plagan la zona y disfrutan desde primera hora de la tarde hasta bien entrada la noche (a las 4 de la mañana cierran, más tarde que la mayoría de locales de Madrid) gente de todas las edades y 3 o 4 generaciones comparten locales y fiesta.



Es íncreible el ambiente. La gente baila como loca, canta en cuanto le ponen un karaoke y se lo pasan en grande. Los precios de las bebidas, pese a lo que puede parecer, no son caros. Debido al precio de la libra y a la subida a la parra de los bares madrileños, beber un vino (te servirán una botella pequeña, de dos copas, de un vino ligeramente mejor que el Don Simón) o un cocktail (hay de todos los tipos aunque más pequeños que los de aquí) puede resultar más barato que en España.

En resumen, es un lugar magnífico para escaparse un fin de semana de fiesta con amigos. Cualquier ocasión a celebrar será una buena disculpa.

jueves, 9 de mayo de 2013

Hamburguesas III: Home Burguer

Y vamos con el tercer lugar donde hemos ido a probar este manjar que, hasta hace poco, era considerado infantil y comida de segunda pero que la crisis y estos nuevos locales están revitalizando. En esta ocasión visitamos Home Burguer, otra cadena de reciente implantación que cuenta con 5 locales en Madrid; nosotros visitamos dos, Calle Silva (Plaza Luna) y San Marcos (Chueca).

A diferencia de los locales de nuestras anteriores visitas (Peggy Sue y Tommy Mel's) ni está decorado como un diner americano ni tiene una carta tan Yanki. Es el más caro de los tres pero también es mejor, los ingredientes tienen más calidad y la carta es más variada. La imagen que venden es la de "productos ecológicos" con panes naturales, carnes ecológicas despiezadas de forma tradicional y anunciando que reciclan el aceite que usan.

Entre las diferencias de la carta te puedes encontrar varios tipos de ensaladas, samosas de cordero o vegetarianas, langostinos o piruletas de pollo teriyaki, que fue nuestra elección. Además cuenta con sandwiches y, por supuesto, hamburguesas.

Más caras que las de otros locales, cuestan entre 10 y12 euros e incluye unas patatas espectaculares, las mejores patatas de hamburguesería que he comido nunca. Hay 10 tipos (más dos vegetarianos que por respeto a la palabra hamburguesa ni mencionaré) que van desde "La Clásica" (10,5€) a la que se le puede añadir bacón y queso, a lo que llaman "gourmet" que pueden ir con mermelada de cebolla, tomates secos o la Blue con queso roquefort, pera caramelizada y nueces.

Nuestro menú consistió en piruletas de alitas pollo teriyaki con sésamo, una clásica con bacón y queso, una clásica con bacón, dos Coca-Colas, un brownie y un café. Salimos de allí por 42,40€, caro para ser una comida de hamburguesería pero merece la pena por la calidad.

Otras "catas":
Hamburguesas I: Tommy Mel's
Hamburguesas II: Peggy Sue

miércoles, 1 de mayo de 2013

Dos Palillos - Tapeando comida asiática

"Dos culturas distintas que utilizan palillos para comer. Los orientales los usan como pinzas para coger pequeñas porciones de comida. En los bares de España el palillo es el rey de la tapa". Con esta cita nos dan la bienvenida en la página web (www.dospalillos.com) y con ella, se define perfectamente el concepto del Dos Palillos.

Casualmente, hace poco nos recomendaron este restaurante y al poquito tiempo le concedieron una Estrella Michelín por lo que, aunque inicialmente no entraba en nuestros planes visitarlo, aprovechamos un contratiempo de última hora para cambiar la ruta prevista y finalmente, sobre la marcha y a pesar de no tener reserva, sabiendo que tiene opción de tapear en la barra, decidimos acercarnos hasta allí.

Un paseíto muy agradable por la zona del Raval y, tras dar unas vueltas buscándolo, en la Calle d'Elisabets, 9 (si vienes desde las Ramblas, es la continuación de la Calle Bonsuccés), nos encontramos con el "bar". Es un local curioso. Desde fuera pasa totalmente desapercibido, con únicamente un letrero de "Bar", e imaginamos que se ha mantenido la estética del bar anterior que, si fuera en Madrid, podríamos asegurar que habían servido oreja y patatas bravas por toneladas. Mantienen el suelo y paredes de terrazo en color sepia sepia, los expositores fríos como elementos decorativos, la puerta de aluminio, e incluso los tradicionales palilleros.

Dispone de una zona de barra estrechita con taburetes para sentarse, hecho que, aunque no te asegure encontrar sitio, al menos aumenta las probabilidades de poder probar (e incluso cenar) de una forma informal. Nosotros fuimos pronto y encontramos la última esquina del bar (de hecho, hicieron moverse a algunos clientes para que cupiéramos bien. Al fondo, el comedor es una zona de show cooking, con cocina central en la que los comensales están orientados hacia el cocinero... y poco más podemos contar por esta vez.

Una vez en la barra, nos ofrecen una carta completa, imaginamos que como la del comedor ya que incluso podías pedir los menús de degustación; al final optamos, aconsejados por el camarero, por probar varias cosillas diversas:

- Crujientes de pollo: El nombre no podía estar mejor puesto... parecían unos auténticos torreznillos de pollo. Riquísimos.

- Tempura de boquerón: Unos boquerones fritos, muy ricos pero sin mayor sofisticación.

- Tempura de anémona: Algas rebozadas, muy crujientes por fuera y blanditas por dentro. Para mi gusto, tal vez un poco gelatinosa...

- Temaki de atún: Un sushi para prepararse individualmente. Por una lado el alga nori, el atún, el arroz, wasabi y la salsa de soja, todo separado para montarselo al gusto. A mi, que no soy muy fan del sushi, me encantó.

- Japo Burguer: Estaba rica rica, con la carne muy jugosa y poco hecha. El único "pero" que le pondría es que parece un plato poco original. Aún así, si volviera, repetiría.

- Papada de ibérico: Una carne muy tierna, en su punto y con el toque oriental esperado

Todo, acompañado de un cava, vino blanco y refresco, salió por unos 20 € por comensal, aunque bien es cierto que no salimos llenos ni mucho menos y podíamos haber comido más.

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