jueves, 5 de abril de 2012

Otra estrella en Arriondas: El Corral del Indianu

Ya habíamos estado en Arriondas otras veces, para ver/hacer el descenso del Sella o simplemente para comer. Y es que aquí, en un pueblo de menos de 3.000 habitantes, hay dos restaurantes con Estrella Michelin, Casa Marcial y El Corral del Indianu.

Esta vez tocaba el Corral del Indianu, el restaurante de Jose A. Campoviejo, pero previamente pasamos por el Café Español, un local decadente y anticuado, pero con unas bonitas vistas del Sella y donde se puede degustar una "Compuesta" un tipo de vermú que se tomaba antiguamente en Asturias y que consiste en Ginebra con vermú; dependiendo del sitio la receta cambia, puede llevar vermú rojo, licor de naranja, guindas, etc. Aquí nos dijeron que era Martini blanco, ginebra y 5 licores más. "Secretos", nos dijo la camarera.

Tras el vermú llegamos al restaurante. Una bonita y elegante decoración en las primeras mesas de la entrada, daban paso a una terraza interior, muy acogedora y luminosa, con pocas mesas. Al fondo un pequeño jardín con mesitas que no pudimos utilizar porque estaba lloviendo pero que tenía una pinta estupenda para tomar unas copas tras la comida.

Para comer, nos decantamos por el menú degustación, indicando que no nos gustaba el queso por lo que nos dijeron que nos sustituirían un par de platos:
- Xarda (caballa) en mermelada de cebolla y guacamole para sustituir el bombón de cabrales y manzana asada con chocolate blanco.
- Tortu con guacamole y cebolla marinada. Una curiosa mezcla el sabor del torto con el guacamole y la cebolla
- Croqueta mimosa de ibérico. Una croqueta, rica, pero sin más.
- Escanda, acelga eco-astur, royal y albaca. Especie de gelatina de acelga, de un sabor fuerte, no apto para todos los paladares.
- Ciervo atunizado en un remake de Vitello-tonatto. Un pequeño entrante compuesto de dos trozos de carne muy ricos. Aquí nos surgió una pequeña duda ya que en la carta que teníamos en la mesa (te dejan el menú para seguir los platos) ponía ciervo pero en la web decían que era ternera y el sabor se parecía más a la de esta. Al estar marinado era difícil distinguirlo porque si que daba la sensación de comer atún.
- Oricio, ostra, trufa, salmis de arcea. Otro plato para paladares exigentes y duros. Una ostra sobre la salsa de guiso de arcea con oricios; a eso se le añade trufa laminada. Espectacular si te gustan los sabores fuertes.
- Fabada (sabores de antaño, texturas de hoy). Fabada deconstruida. La morcilla estaba en el fondo, en textura; el contenido era un puré de fabada con trocitos de cebolla y alguna faba. Estaba bueno pero no asombraba.
- Salmonete, su hígado tratado como una sopa de matanza. Sin duda uno de los mejores platos del menú. Cocinado casi crudo, su sabor era muy fino.
- Chipirón sin chipirón, un falso chipirón muy sabroso que nos sirvieron para sustituir el tembloroso de Rey Silo, avellana y toques picantes.
- Ciervo con cardamomo, en la carta venía ternera melosa. La segunda duda ya que en ella venía mimoso de ternera. No llegamos a entender porque nos lo sustituyeron ya que este plato no nos lo anunciaron al principio como que tuviera queso.
- Naranja, cardamomo y manzana. El primero de los postres: helado con tarta. Nada del otro mundo
- Leche fresca, helada y cremosa. El segundo postre, un quenelle de leche helada con espuma de leche y un fondo de galleta. Al final eran, dos postres, dos helados. Presentación parecida y sabores apenas diferentes.
- Café. Según la web venía acompañado de Bombones de té y cuajo de queso de los Beyos, membrillo y frutos secos. A nosotros nos vino con 4 daditos de dos tipos de tarta y medio bombón.

La carta de vinos es amplia y bien presentada en un libro llamado "Mis 99 vinos". Nosotros nos decantamos por una sidra de mesa (12 euros).

El servicio es principalmente familiar, alejado de los rigores de los restaurantes de lujo. A veces se hace algo lento, mientras la maître atendía otras mesas, la camarera podría haber ofrecido una bebida para la espera. También se despistaban al rellenar los vasos de vino y agua pero, eso si, todos esos pequeños detalles lo compensaban con la cordialidad de trato y en nuestro caso con el detalle que tuvieron cuando nuestro hijo de dos meses se puso a llorar, al ir a sacarlo del local para no molestar al resto de comensales la maître se ofreció a pasearlo para que pudiéramos degustar los platos tranquilamente.

En resumen, el sitio está bien, el menú sale por 75€ y el total con café y sidra 180€. La comida es correcta y si estás cerca merece la pena una visita. Nosotros fuimos esperando el local que antaño fue, un sitio de comida tradicional asturiana, y salimos con la sensación de que, al final, ha evolucionado hacia lo de siempre en los locales con estrella: cocina creativa y menús degustación. Parece que a los señores de Michelin no les va otro tipo de cocina.

5 comentarios:

  1. Muchísimas gracias por acercarnos este restaurante del que no tenía referencias. Grandes platos, otros menos, me parece un "1 estrella a la baja"... No sé si pq la crisis hace mella en los más débiles, o por qué, pero algunos platos no merecen mucho más. Gracias, gran trabajo por tu parte!

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  2. Más que venido a menos es que es un poco más de lo mismo. Un sitio bueno pero sin más. Esperábamos un típico restaurante asturiano...

    Gracias por tu comentario

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  3. He enlazado a Viajes y Tapas, concretamente un post genial sobre el Café Oliver al que le dedico mi última entrada!!

    Gracias! Un abrazo!!

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. Gracias a tí Andrés! Muy buena tu entrada, por cierto.

    Un saludo,

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