sábado, 21 de mayo de 2011

Pucela: de tapas por Valladolid

NOTA: está entrada es algo antigua. Si quieres una relación de bares más actualizada y con los últimos premios en los concursos de tapeo de la ciudad visita esta otra entrada aquí

Hace un par de semanas estuvimos en las bodegas Viña Mayor disfrutando de un bono regalo con el que nos habían obsequiado y, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, allá que nos fuimos a disfrutar sus tapas y conocer sus bares.

Lo primero que hay que decir es que Valladolid es una ciudad cara. Al contrario que en León, las tapas son de pago, tienen mucha calidad pero también la convierte en el lugar de Castilla donde es menos económico salir de bares.

Los bares son muy agradables y el ambiente también y aunque en algunos la concentración de pijerio es alta esta es menos de lo que esperábamos. Eso si, en Pucela hay muchos locales de todo tipo pero todos con un denominador común: el arte por la tapa. De hecho incluso tienen un concurso donde las puntuan: el Vallatapa.

Estando donde estábamos el culto al vino es lo lógico. En todos tienen excelentes verdejos de Rueda y Riberas que la gente suele pedir por tipo (roble o crianza) o por marcas. También hay que decir que los camareros suelen ser especialmente secos pero el servicio no es para nada malo. Un pero, como en muchas ciudades pequeñas los bares cierran a mediodía, sobre las 4, por lo que no se puede tomar el "vermú alargao". Tuvimos que parar y volver a la carga en sesión de noche.

Hay bares prácticamente en todas partes y aunque las tres zonas más famosas son: Plaza Mayor, Catedral y San Miguel, la ZONA por excelencia es la Plaza Mayor y sus aledaños: Calixto Fernández de la Torre, Campana, Plaza Martí y Monsó y, sobretodo, la calle Correos. En esta zona muchos de los bares están recomendados por la guía Michelín y nosotros, después de pasear por las tres zonas y probar un bar de la zona de la Catedral que llamó nuestra atención por estar especialmente lleno (La carcaba donde degustamos una curiosa brocheta de saljamón, salmón con jamón), decidimos centrar nuestros esfuerzos en La Plaza:

- Taberna del herrero, el primero que probamos. Había muchos tipos de raciones, de tapas e incluso de sopas. Nos decantamos por la especialidad de la casa, los huevos rotos con pimentón, deliciosos. La tomamos junto a dos ruedas, todo ello por 6 euros.

- Tabernilla. Tasquita: Especializado en tostas, canapes, bocaditos y pijos (estaba plagado). La tostada de gambas es espectacular pero el bar es algo incómodo.
- Vinotinto, bonita decoración. Con una cocina vista, donde se te hacía la boca agua viendo como preparaban las carnes y los pescados. Probamos un bocatin de jijas (picadillo de cerdo) con dos verdejos por 4.10€
- La mina, un bareto, barato y genial, lleno de carteles con lo que comer. Dos ruedas con dos pinchos de crujiente de pollo salieron por 4,6€

- Zamora. Como su nombre indica un zamorano con una barra impecable que recordaba a los bares vascos. Aquí probamos el arroz a la zamorana, aunque lo recomendado eran las croquetas. Te enseñana varios platos para que digas el tamaño, pedimos un mediano, como el de una tapa madrileña y nos clavaron 7€.
- El corcho, otro clásico de croquetas que con 2 ruedas salen por 4,6€.
- La balconada, CERRADO. es un bar recomendado pero a nosotros quizá por la hora (eran casi las 4:30 y ya estaba cerrado casi todo) nos pareció sobrevalorado, con muy poquitos canapés y con un precio nada módico de 5,8€ por dos ruedas y dos canapés mínimos de tamaño.
- Ceyjo: Más de croquetas pero este es el mejor, las tienen de todo tipo. Aquí las comimos de huevo por un euro cada una.
- Cascajales , CERRADO muy bien decorado pero con un servicio caótico. Un rueda con un roble y montado de morcilla por 5,6€
- Triana, no lo recomendamos para nada. Es un andaluz al que nos decidimos a entrar por estar muy lleno. Los vinos eran o andaluces baratos o castellanos muy caros. Pedimos dos Murue que tuvimos que tirar. Aunque la tapa, sardina ahumada estaba muy buena. Nos salió la ronda por 5,1€
- Carola, había tapas espectaculares de pago pero también daban tapa gratis, fue el único. También fue donde mejor servicio encontramos y el vino recomendado Pago de quintana salía a 1.6€ cada uno. Barato.
- Villa Paramesa. Este lo recomendamos encarecidamente. De las mejores tapas que vimos. Estaba muy lleno, lógicamente. Su carta era de diez (aunque nada barata) con pulpo frito, carrillera, etc. Probamos su mini-hamburguesa de secreto de cerdo (2,5€) y dos tintos algo caros para ser Rueda de roble (2,2 cada uno).
- La criolla, donde por 7€ probamos el montado de codorniz y jija con dos tintos.
- El buen tapeo de bimi, aquí acabamos la visita con una pincho de lechazo y dos cigales 4,70€. Un precio barato, un cordero bueno pero un vino malo.

En resumen una ciudad recomendable para una visita gastronómica

miércoles, 11 de mayo de 2011

Las fiestas de nuestro barrio o como moverse por San Isidro

Las fiestas de San Isidro son como todas las fiestas de Madrid: Nada del otro mundo.

¿Qué se hace? principalmente pasear, ver puestos y comer

¿Qué era lo típico? llevarse comida y comerla en la propia pradera. Eso era así en los tiempo de Goya y, aunque ya no se hace tanto, todavía hay gente que no se priva. Si no eres amante del picnic aquí van algunos consejos para tapear:

1.- La propia feria. Siguiendo donde está la Ermita de San Isidro, la calle Ermita del Santo para arriba, tiene los típicos puestos. Es lo mismo de siempre en las ferias de la capital: bravas correosas, morcilla "doble re" (re-frita y re-fría), paellas infames y "gallinejas y entresijos" o, lo que es lo mismo, tripas de cordero fritas en su propia grasa. Huele mal pero sabe bien. Aunque no a todo el mundo le gusta.
2.- El Paseo 15 de mayo, aquí unos cuantos bares ponen barras en la calle y con bastante buen ambiente puedes tomarte unos bocatas con limonada (sangria). Hay dos típicos: Mesón San Isidro y Taberna del Santo.
3.- Si no quieres aglomeraciones y ya has tenido bastante paseo, por la zona de Marqués de Vadillo, Antonio Lopez y Antonio Leyva hay buenos bares:
- Los Minutejos: el más típico de la zona y un clásico en Madrid. Es curioso, un poco raro pero un mítico. Merece la pena entrar a comerse un "minutejo" que es un minibocata de "oreja".
- El Bar Viñas, justo enfrente. Con alguna mesa al fondo y un servicio más que agradable. Geniales las raciones de berberechos, anchoas, coquinas, etc. casi todo es de mar. Muy rico también el lacón y las tostas. ACTUALIZACIÓN: este bar cambió de de dueños y aunque mantuvo la carta anterior el ambiente ya no era igual, perdió el encanto y acabó cerrando (aunque ahora ha vuelto a abrir). En su lugar, los antiguos responsables del Viñas se han mudado al Bar Vitor, en el Paseo 15 de mayo, y mantienen también la carta antigua con mención especial al lacón a la pimienta y a las gambas pero ahora además tiene cocina por lo que la oferta se ha ampliado a unas carnes y bacalaos espectaculares. Todo ello con la misma simpatía que antes por lo que os lo recomendamos totalmente. En San Isidro suelen tener bastante público.
- Bar Vadillo. Tostas y raciones. Espectacular la de solomillos con cebolla confitada. No viene en la carta, es un "plato secreto"
- Pollo Pelón 2. Raciones de plancha. No te pierdas sus mollejas. Incluso suelen tener zarajo conquense. No es fácil de encontrar en Madrid.
- Bar Imperial. Un bar de barrio pero en el que puedes comer de todo. Tapas en las mesitas de la entrada. Raciones, si buscas tranquilidad, en un salón al fondo o incluso un homenaje en Los Cigarrales, el restaurante junto al bar y de los mismos dueños.
- Melgar (Novedad 2.015): este bar ya existía y era una buena marisquería venida a menos. Ahora se ha renovado y es de lo mejorcito del barrio (Antonio Lopez, 5). Una zona de barra, con mesas altas y barriles, donde tomar tapas y raciones. Una de mesas para raciones y medias raciones, donde tomar cosas como pastel de cabracho. Y un restaurante para mariscos y pescados.

¿Y el dulce típico? las rosquillas. Antes solo había de dos tipos, listas y tontas. Ahora de mil: de limón, de canela, de fresa... se suben a la parra con los precios en los días de fiesta pero siempre merece la pena probarlas!

domingo, 8 de mayo de 2011

Arzak - El origen de los grandes restaurantes

A pesar de su popularidad, Arzak sorprende. Sorprende su ubicación (desde fuera parece un restaurante de carretera). Sorprende su decoración (moderna y minimalista pese a ser un “clásico”). Sorprenden sus aseos (de lo mas sencillo, con una única puerta, de manera que desde nuestra mesa, cuando entraba o salía alguien del baño, veíamos la taza del wc). Sorprende su clientela (había tres mesas con niños comiendo espaguetis) y sobre todo, lo más importante: sorprenden sus platos.

Su carta no es excesivamente extensa y en la misma, una recomendación: Si quieres descubrir la esencia del restaurante, debes probar el menú degustación. Obedientes nosotros, esta opción elegimos.

Al consultar la carta del menú degustación te indican sencillamente:
- Entretenimientos Arzak
- Entrantes
- Pescado
- Carne
- Postre

Al optar por el menú, te dan a elegir entre uno entre tres pescados y una entre tres carnes. Y a partir de aquí, empieza la sorpresa. Los aperitivos, bocaditos muy curiosos y con mucho mimo:
- Puding de kabrarroka con kataifi (una especie de croqueta)
- Maíz, morcilla e higos
- Antxoas con fresa marinada
- Arroz amarillo crujiente con hongos
- Humo de jamón con tomate (con té verde congelado con nitrógeno líquido; muy espectacular)

Los entrantes, tres, platos bastante grandes que dificultan el acceso al pescado y la carne:
- Cromlech de foie y cebolla con té y café (se comía con las manos, como un cucurucho de foie)
- Bogavante coralino
- Mejillón y huevo espolvoreado. ¡GENIAL!

Sin lugar a dudas, mi plato favorito fue el pescado: Rape marea baja. Consistía en un rape a la plancha impresionantemente presentado, en un plato que simulaba un fondo marino y donde se comía todo, dándole un toque diferente al pescado en función del adorno con que se acompañara. Las conchas oscuras eran de mejillón, la blanca, de azúcar (que pegaba sorprendentemente bien con el sabor del pescado), los corales, de pimiento y las estrellas, de curasao.


Para la carne elegimos Pichón asado con maíz y flor de azahar y Cordero con romero y cúrcuma. A mi parecer las opciones ofertadas para las carnes eran demasiado fuertes después de tantos platos.

Se acaba el menú con una orgía de postres. 5 preciosos y grandes platos, para compartir entre los dos, con el chocolate como principal protagonista. Como debe de ser:
- Sopa y chocolate entre viñedos: Racimo de uvas de chocolate, tiernas y semifrías. Delicioso.
- Jugando a las canicas de chocolate (sólo había tres canicas para repartir entre 2… Cachis!!)
- Hidromiel y fractal fluido (una tarta de limón con salsa de cochinilla. Muy vistoso)
- Piedra de pistacho y remolacha (lo bautizamos como “buenimalo”, porque la sensación al meterlo en la boca era áspera y no demasiado buena, pero dejaba un sabor agradable en la boca)
- Helado de chocolate y helado de macedonia.

Con los cafés nos presentaron también unos dulces espectaculares, hechos de chocolate negro, blanco, cola e incluso peta-zetas. Muy bonitos y también riquísimos.

El precio del menú era de 175 €/pax. Un poco mas caro de lo habitual en este tipo de restaurantes, pero está claro que hay que pagar la tercera estrella y el nombre y reconocimiento. No me parece caro. Lo que sí que me pareció caro fue el precio de los aperitivos. Según te sientas te ofrecen un aperitivo para beber y con los postres, un moscatel. Pedimos una copita de cava y por cada una nos cobraron 12 €, cuando la botella en carta costaba unos 40 € y por el moscatel, 6 € por persona… Desorbitado.

Por lo demás, el trato exquisito aunque un poco raro. El maître desapareció a mitad de nuestra comida, habiéndonos prometido un cd con fotos de los platos para que lo usáramos si queríamos colgarlas en alguna web, pero nunca llegó.

Para terminar, sinceramente, no hemos sabido distinguir el valor añadido que otorga la tercera estrella. Hemos ido a restaurantes de dos y una estrella que no tienen nada que envidiar. Supongo que será una cuestión de suerte. Pero a modo de resumen, la experiencia fue muy muy buena.

Fotos de Scaredy_kat: http://www.flickr.com/photos/scaredykat

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